Muestra una perspectiva bíblica y relevante sobre diversos temas en la vida del cristiano, además de presentar mensajes que contienen puntos prácticos que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

agosto 2016

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Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.  2 Corintios 3:17-18.

INTRODUCCIÓN

Desde la invención de las monedas griegas alrededor del 600 A.C. hasta la introducción del papel moneda en la China del siglo XIII, la falsificación siempre ha sido considerada un delito grave. Históricamente, a menudo se castigaba con la muerte. Ese nivel de sanción puede parecer duro a nuestros oídos modernos, pero el delito de falsificación era severamente castigado por dos razones principales.
  1. La ley lo consideraba una amenaza a la estabilidad económica del estado y al bienestar de los ciudadanos.
  2.  En algunos países la emisión de moneda se consideraba un derecho que solo pertenecía al rey.
Por lo tanto, la falsificación no era simplemente un pequeño robo en contra de la persona engañada que tomaba la moneda falsa, sino que se consideraba algo mucho más grave, un peligro para la sociedad en general y una conspiración contra la autoridad real.

Sin embargo, ¿qué sucede con los que falsifican la obra de Dios? La tercera persona de la Trinidad ha sido completamente tergiversada, insultada y agraviada por falsos movimientos que se propagan en su nombre. Operando bajo falsos argumentos y maniobrando mediante falsas profecías, los movimientos carismáticos y pentecostalistas inundan  más y más los círculos cristianos, dejando una estela de error doctrinal y ruina espiritual a su paso.

El delito de falsificación de dinero es una pequeñez en comparación con el acto traicionero de la falsificación del ministerio del Espíritu Santo. Si la impresión de moneda falsa es una  amenaza  para la  sociedad y los gobiernos,  la predicación de un evangelio falso, la  promoción  de  experiencias religiosas fraudulentas, representa un peligro mucho mayor, un delito mucho más grave contra el mismísimo Rey de reyes.

Teniendo en cuenta la gravedad de esos delitos, los creyentes deben estar preparados para identificar, advertir y diferenciar lo santo de lo profano. Y la única manera de estar preparados para identificar y refutar el error es conocer la verdad, es estar íntimamente familiarizado con lo que es auténtico y genuino, en comparación con los falsos avivamientos y las imitaciones espirituales.

La correcta comprensión acerca del Trino Dios es fundamental para consolidar lo que creemos acerca del Espíritu Santo. Pensar correctamente sobre la persona del Espíritu Santo y su obra es esencial para la adoración, para la doctrina y para la correcta aplicación de la teología en la conducta diaria.

¿Qué es lo que el Espíritu Santo está haciendo en el mundo hoy día? Hay una tarea que la iglesia de Cristo necesita emprender con urgencia y es volver a descubrir a la persona y la obra del Espíritu Santo. Estudiemos más sobre en el auténtico ministerio del Espíritu Santo.

Hoy vamos a considerar solo seis aspectos de la obra del Espíritu en la salvación, desde su obra de convicción al llamar a los pecadores para ser salvos hasta su obra de sellado al asegurar a los creyentes para la gloria eterna.

1° EL ESPÍRITU SANTO CONVENCE DE PECADO A LOS INCONVERSOS

Juan 16:7-11: «Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; más si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. De pecado, por cuanto no creen en mí; de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado».

Cuando se anuncia el mensaje del evangelio mediante la predicación, los inconversos en el mundo se enfrentan a la realidad de su pecado y las consecuencias de su incredulidad.

Para los que rechazan el evangelio, la obra del Espíritu Santo podría compararse con la actividad de un fiscal. Él los condena en el sentido de que son declarados culpables ante Dios. “…pero el que no cree,  ya ha sido condenado,  porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios”, Juan 3:18. La obra de convicción del Espíritu no consiste en hacer que los incrédulos contumaces pecadores se sientan mal, sino en pronunciar un veredicto legal en contra de ellos.

Sin embargo, para aquellos a quienes el Espíritu atrae al Salvador, su obra de convicción es absoluta; el Espíritu Santo estimula sus conciencias y penetra hasta lo más íntimo. Por lo tanto, para los elegidos, esta obra de convicción es el principio de la salvación de Dios, lo que conocemos como el llamamiento eficaz.

Según las palabras de nuestro Señor, el ministerio de convicción del Espíritu Santo abarca tres áreas.

En primer lugar, convence a los no redimidos de sus pecados. El Espíritu Santo, les muestra la realidad de su miserable condición delante de Dios; persuade a los pecadores de su falta de fe en el evangelio. La respuesta natural de los hombres y mujeres caídos es rechazar a la persona y la obra del Señor Jesucristo. Sin embargo, el Espíritu enfrenta la incredulidad del corazón duro del mundo.

En segundo lugar, convence a los incrédulos de justicia. El Espíritu Santo los confronta con la verdad de la perfecta justicia de Jesucristo. El hombre a sí mismo se exhibe como justo e ignora  cualquier evidencia de culpa. El Espíritu Santo derriba la fachada de justicia propia, y lo conduce a considerar la justicia infalible de Jesucristo, el Cordero de Dios sin mancha.

En tercer lugar, convence a los pecadores del justo juicio divino. Así como Satanás está condenado a la ruina eterna después de haber sido derrotado en la cruz, del mismo modo también todos los que forman parte del dominio de Satanás están bajo el juicio de Dios. La persona que pisotea la sangre de Cristo haciendo caso omiso a la oferta del evangelio, «afrenta al Espíritu de gracia», y le aguarda un implacable castigo (cp. Hebreos 10:29-31).

Nadie será atraído nunca a la salvación en Cristo con la mera predicación; primero el Espíritu tiene que obrar de manera sobrenatural a fin de abrir el corazón del pecador para recibir el mensaje. Al proclamar la verdad de las Escrituras, el Espíritu de Dios la usa para penetrar los corazones de los no redimidos, convenciéndolos de la verdad y convirtiéndolos de hijos de ira en hijos de Dios (Hebreos 4:12; 1 Juan 5:6).

2° EL ESPÍRITU SANTO REGENERA LOS CORAZONES PECAMINOSOS

Tito 3.4–7: «Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna».

El llamamiento eficaz de los elegidos comienza con la obra de convicción del Espíritu. Sin embargo, no se detiene allí. El corazón del no creyente debe tomar vida, ser transformado, purificado y renovado (Efesios 2:4). Y esta  es la obra del Espíritu Santo, él regenera a los pecadores de modo que los que antes eran miserables renazcan como nuevas criaturas en Cristo.

En Juan 3, el Señor Jesús explicó esta labor del Espíritu Santo a Nicodemo cuando le dijo que tenía que nacer de nuevo. Confundido por las complicidades de esa verdad, Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?» (v. 4). Jesús le respondió con estas palabras: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu» (vv. 5–8).

Las palabras del Señor ponen de manifiesto que la obra de regeneración es potestad soberana del Espíritu Santo. En la esfera humana, los bebés no se conciben a sí mismos. Del mismo modo, en el ámbito espiritual, no es iniciativa de los pecadores nacer de nuevo, ni tampoco pueden lograrlo por ellos mismos. La regeneración es la obra completa del Espíritu.

3° EL ESPÍRITU SANTO CONDUCE A LOS PECADORES AL ARREPENTIMIENTO

Hechos 11:15–18: Y cuando comencé a hablar, cayó el Espíritu Santo sobre ellos también, como sobre nosotros al principio. Entonces me acordé de lo dicho por el Señor, cuando dijo: Juan ciertamente bautizó en agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo. Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces, oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!

No puede haber arrepentimiento o fe hasta que el corazón haya sido renovado o regenerado. De manera que, en el momento de la regeneración, el Espíritu Santo imparte el don de la fe que produce arrepentimiento y da como resultado una conversión.

Pedro y los demás se dieron cuenta de que la prueba irrefutable de que Cornelio y su familia verdaderamente se habían arrepentido era que habían recibido el Espíritu Santo.  Ellos quedaron plenamente convencidos y exclamaron: ¡De manera que también a los gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida! (vs. 18).

4° EL ESPÍRITU SANTO PERMITE LA COMUNIÓN CON DIOS

En Romanos 8.14–17: «Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados».

Pablo usa la metáfora de la familia para una mayor comprensión; por medio del Espíritu de adopción, hemos recibido el inmenso privilegio de formar parte de la familia de Dios. Incluso podemos entrar sin temor en la presencia del Padre y hablar íntimamente con Él;  y es el Espíritu Santo quien capacita a los creyentes para disfrutar de esa íntima comunión.

El Espíritu produce una actitud de profundo amor a Dios en los corazones de aquellos que han nacido de nuevo. Ellos se sienten atraídos a Dios, no le temen. Anhelan tener una relación con él, meditar en su Palabra y tener comunión en oración.  Entregarle  con  toda  libertad  sus  preocupaciones,  confesarle francamente sus pecados sin temor, sabiendo que todo ha sido cubierto por su gracia mediante el sacrificio de Cristo.

5° EL ESPÍRITU SANTO MORA EN EL CREYENTE

Romanos 8.9: «Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él».

En la salvación, el Espíritu Santo no solo regenera al pecador y le imparte fe salvadora, sino que habita de forma permanente en la vida de ese nuevo creyente. De una forma maravillosa e incomprensible, el Espíritu de Dios hace su morada en la vida de cada hijo de Dios.

En 1 Corintios 6:19–20, Pablo les preguntó a los creyentes de Corinto: « ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios».

Es importante destacar que no existe tal cosa como un creyente genuino que no posea el Espíritu Santo. Es un terrible error doctrinal, promocionado por muchos en el pentecostalismo, afirmar que una persona pudiera ser salva y no recibir el Espíritu Santo. La declaración de Pablo en Romanos 8:9 reafirma: «Si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él».

Los creyentes genuinos, en quienes el Espíritu Santo mora, piensan, hablan y actúan de manera distinta. Ya no aman al mundo, sino que aman las cosas de Dios.

6° EL ESPÍRITU SANTO SELLA LA SALVACIÓN PARA SIEMPRE

Juan 10:27–29: «Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre».

Este pasaje así como otros en la Biblia establecen claramente que los redimidos no pueden perder su salvación. El apóstol Pablo reafirma esta verdad al final de Romanos 8:38–39 donde escribió: «Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro».

Ninguna persona o fuerza, terrestre o extraterrestre, podrá romper alguna vez el vínculo de comunión entre Dios y los que le pertenecen. El mismo Espíritu Santo garantiza personalmente este hecho. Como escribió Pablo en Efesios 1:13–14: «En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria».

Los creyentes son sellados por el Espíritu Santo hasta el día de la redención. Él les asegura la gloria eterna.

Por desgracia, muchos grupos pentecostales y carismáticos pasan por alto completamente este verdadero ministerio del Espíritu Santo. En lugar de descansar en la seguridad del Espíritu, enseñan que los creyentes pueden perder su salvación. Como resultado, sus seguidores viven con el constante temor de un futuro incierto y no le dan honor al Espíritu Santo, que mantiene a los creyentes seguros.

CONCLUSIÓN

El Espíritu Santo está involucrado en todos los aspectos de la salvación; la Biblia destaca la obra del Espíritu de convencer, regenerar, convertir, adoptar, morar en nosotros y darnos seguridad. En un modo general podemos decir que el Espíritu Santo abarca la justificación, la santificación y la glorificación del creyente.

De manera que, ahora que hemos sido redimidos, nuestra respuesta al milagro de la salvación debe ser una asombrosa adoración, alabando a cada miembro de la Trinidad por su parte en la gloriosa manifestación de la redención.

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¡Se acerca el día cuando yo, el Señor,
    juzgaré a todas las naciones paganas!
Como le hiciste a Israel,
    así se hará contigo.
Todas tus malas acciones
    recaerán sobre tu cabeza.
Así como te tragaste a mi pueblo
    en mi monte santo,
así tú y las naciones vecinas
    se tragarán el castigo que derramaré sobre ti.
Sí, todas las naciones beberán, se tambalearán
    y desaparecerán de la historia. Abdías 15-16 NTV.

Introducción 

Nuestro objetivo hoy es estudiar el penúltimo verso del profeta Abdías. Vamos a estudiar hoy Abdías 15-16. En este texto vamos a encontrar otra profecía condenatoria para Edom. Así como ellos habían maltratado al pueblo de Israel, el Señor, soberano y controlador de todo el universo y, por lo tanto, de todas las naciones, iba a retribuir sus malas acciones.

Esta retribución de nuestros actos pecaminosos nos debería recordar dos textos importantes. El primero está en el Antiguo Testamento en el libro de Proverbios: “Aunque su odio se cubra con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación. El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá”, Proverbios 26:26-27; y nos muestra que nuestras malas acciones, tienen consecuencias en contra de nosotros mismos. El segundo texto está en el Nuevo Testamento, escrito en la carta de Pablo a los Gálatas: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna”, Gálatas 6:7-8.

Ahora bien, ante estas verdades, ciertamente es posible entender claramente el mensaje de estos dos versículos. Siendo nuestro Dios, un Dios creador, soberano, omnisciente, omnipotente y omnipresente, sin duda no dejará pasar impunes nuestras actitudes carnales, que revelan todo lo que hay de malo en nuestro interior. Dios quien es soberano, juzgará a todos los impíos de acuerdo con su justo juicio. Este juicio es universal y ningún reino, nación, gente, familia, individuo será libre de este encuentro con el Señor.

Porque Dios es soberano, desde el Antiguo Testamento leemos acerca del reino de Dios, y sobre la posibilidad de pertenecer a ese reino, pero es necesario someternos a él y a sus leyes, que revelan su carácter santo y justo. El gobierno, el dominio soberano de Dios es universal, absoluto e inmutable (inalterable). Y esta verdad puede ser comprobada a través de las siguientes afirmaciones:


  1. La soberanía de Dios es universal. Ella se extiende sobre toda su creación; animada e inanimada. En el reino de los seres vivos, Dios ejerce dominio sobre los ángeles, la humanidad y los animales inferiores. Ni siquiera un pájaro cae sin la voluntad de nuestro Padre que está en los cielos (Mateo 10:29-31 cf. Lucas 21:18). Asimismo, ya anteriormente el salmista había proclamado: “Jehová estableció en los cielos su trono, Y su reino domina sobre todos”, Salmos 103:19. 
  2. La soberanía de Dios es absoluta. La autoridad de Dios es perfecta en su administración; ella es ejercida a través de la infinita sabiduría de Dios, y es potente en la extensión de su poder, gloria y dominio. No hay, ni habrá quien ponga límites, en el lugar de autoridad, ni al poder del Dios soberano. En el desarrollo de sus propósitos y planes eternos, el Señor actúa según su voluntad en los habitantes del cielo y en los habitantes de la tierra. Nada en toda la creación es capaz de resistir la voluntad de Dios, o frustrar sus propósitos, ya sea por medio de hombres, superhombres, ángeles caídos, espíritus malignos, o cualquier otra cosa. Isaías declaró esta gran verdad cuando, inspirado por el mismo Dios escribió: “Jehová de los ejércitos juró diciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado”, Isaías 14:24.
  3. La soberanía de Dios es inmutable. Se mantiene inalterable en el tiempo y bajo cualquier circunstancia. El gobierno y dominio soberano de Dios no pueden ser ignorados; no pueden ser rechazados y no pueden ser frustrados o impedidos por la humanidad o cualquier otra cosa en la creación. El poder y dominio soberano de Dios sujeta a todas las criaturas tan completamente como las leyes físicas sujetan el universo material. Lo que Dios ha decretado o preordenado acontece inevitablemente. Así dice la Escritura: “Jehová hace nulo el consejo de las naciones, Y frustra las maquinaciones de los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre; Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones”, Salmo 33:10-11.


El dominio universal de Dios en los cielos y la tierra es eterno y universal, y se basa en su papel como creador y sustentador. Y porque Él es santo y justo, podemos confiar que en Dios no hay acepción de personas. Pedro entendió este situación cuando predicó por primera vez a los gentiles (Hechos 10:34). Por lo tanto, esa misma verdad es reafirmada en toda la Escritura cuando nos muestra la necesidad de que todos se inclinen ante él. Dios es un juez justo. Corresponde al hombre conformarse a la voluntad del Señor, porque todos serán juzgados. Por desgracia, al igual que Israel fracasó en ser la nación santa que Dios deseaba, también fracasaron otras naciones en gobernar con justicia y equidad. Frente a esta evidencia todos se enfrentan al juicio del Señor.

Aunque hemos dado estas referencias tan claras, tenemos que reconocer que uno de los problemas del hombre es negarse a aceptar la soberanía de Dios en su vida. Esto sucede porque el hombre no entiende el derecho absoluto de Dios para gobernar su vida. Dios tiene este derecho inherente, porque Él es el Creador. Tenemos que entender que nada acontece en la tierra sin la autorización o aprobación de Él. Hago esta precisión porque Él permite que ciertas cosas sucedan aun cuando están en contra de su voluntad, pero eso no quiere decir que él las apruebe. De alguna manera el hombre tiene elecciones que debe hacer. Incluso, que Dios permita el ejercicio de esa libertad, no significa que Él apruebe las escogencias del hombre que sean contrarias a su santa voluntad. Mientras tanto, la soberanía de Dios no se ve disminuida por el ejercicio de la voluntad del hombre, y por eso, todos seremos juzgados.

Dios hizo del Mesías un rey: “Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte”, Salmo 2:6. Cristo fue el gobernador elegido por Dios: “de ti me saldrá el que será Señor en Israel”, Miqueas 5:2. Y debido a que el Mesías será el rey, Él gobernará por el Padre (cf. Abdías 1:21).

El Juez estará sentado. Millones y millones de personas estarán delante de Él, esperando la sentencia. A la orden del Juez, toda la multitud comienza a moverse. Serán separados de acuerdo a su carácter y colocados a la derecha y a la izquierda. Millones de personas que alguna vez estuvieron entre los santos y fueron estimados por otros debido a su piedad, ahora se encuentran aislados de aquellos y situados entre los malvados, a la izquierda. Por otro lado, un número de almas desdichadas, pero de corazón sincero e impotentes, que a juicio de otros eran considerados como los insensibles de entre la izquierda, pero ahora, con gozo inefable, se encuentran situados de entre los de la derecha del juez, que los contempla con amor y bondad.

El juicio se inicia. Dios juzgará los secretos de los hombres por medio de Jesucristo. Todas las obras de todos los hijos de los hombres serán juzgados. ¿Qué extrañas revelaciones manifestará este juicio? Serán juzgadas las obras, las creencias, la fe, serán evaluadas en Dios, el Mesías, el Rey, el Juez, el Señor Jesucristo.

Los salvos, justificados, regenerados, redimidos, oirán de Jesús las palabras más hermosas de toda su vida: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”, Mateo 25:34. Pero, por desgracia, los perdidos, los que no fueron justificados, los que se mantuvieron rebeldes contra el Hijo y el Padre van a escuchar del Supremo Juez las palabras que serán llevadas por toda la eternidad: “Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles”, Mateo 25:41.

Así como seamos, todos daremos cuenta a nuestro Dios y Juez Supremo, individuos, familias, pueblos, naciones estarán en ese tribunal. Edom y muchas otras naciones serán juzgadas. Entonces estos versículos nos advierten que: Todos los soberbios que actúan impíamente enfrentarán el juicio universal divino.

En este texto encontramos tres declaraciones sobre el juicio universal divino.

1° El juicio divino universal, llegará a todas las naciones, v. 15 

“Porque cercano está el día de Jehová sobre todas las naciones”.

El Día del Señor sobre Edom y otras naciones se presenta claramente en estos versículos. En la primera parte de este versículo, el día del Señor que está por venir, es un tiempo de juicio espantoso. Se está aproximando, está cada vez más cerca y se aplica a Edom y todas las naciones, incluyendo a aquellos que fueron llamados para levantarse contra Edom (cf. vs. 1). Abdías, siguiendo la tradición de Isaías 34 adjudica el "día del Señor" a Edom y a las demás naciones, estableciendo de esta manera la soberanía y el poder del Señor sobre todos.

2° El juicio divino universal es la recompensa por el daño causado, v. 15 

“como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa volverá sobre tu cabeza”.

En la segunda parte del versículo 15, Abdías toma un principio del antiguo Israel y el sistema de justicia judío. "Cualquiera que haga sufrir a otro, el mismo sufrimiento se le causará", o en otras palabras: “ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie”, Éxodo 21:24. En este pasaje se apoya el profeta; además de este, en textos como Levítico 24:16-22, Deuteronomio 19:21 y ahora aplicados a Edom y las demás naciones.

Esta enseñanza proverbial sirve de discernimiento y sirve también como la base para el juicio de Dios contra Edom. Así como Edom participó activamente cuando las naciones de Judá e Israel estaban siendo devastadas, así también Edom sería devastada en el futuro. En cierto modo, esta segunda parte del versículo quince es un complemento, una conclusión de lo que hemos visto hasta ahora, es decir, todo el contenido del versículo uno al catorce.

3° El juicio universal divino reducirá  a nada a los poderosos, v. 16

“De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido”.

El versículo 16, que trata sobre el juicio de Dios sobre todas las naciones, también se puede dividir en dos partes:

  1. Comer y beber eran parte importante de la ceremonia cuando se establecían  los pactos, los acuerdos. La frase: De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte... se refiere a esta etapa del establecimiento de pactos realizados entre las naciones antiguas. Abdías probablemente se refiere a la traición de Edom contra Israel y Judá, después de haber hecho un pacto con Israel en el Monte Sion, sellándolo con la bebida y comida durante los siglos X y IX antes de Cristo (cf. 2 Samuel 8:13-14; 1 Reyes 11:14-22; 2 Reyes 3:9-27) y Judá en el siglo VI antes de Cristo (cf. Jeremías 27:2-3). Y además de esa referencia directa a la traición de Edom, Abdías extiende su proclama contra otras naciones que también estaban aliados a Israel y Judá durante su tiempo de angustia.

    Siguiendo la metáfora frecuente de los otros profetas que beben la ira de Jehová, la copa (cf. Isaías 51:17-23; Jeremías 25:15-16; Lamentaciones 4:21; Habacuc 2:16), Abdías se refiere probablemente a la destrucción de Jerusalén como parte del juicio de Dios sobre su pueblo a
    causa de sus pecados.

    Tenemos que entender claramente: el hecho de que Israel y Judá hayan bebido la copa de la ira de Jehová y hayan sido disciplinados con la justa justicia divina, no impediría a Dios dar a beber de la misma copa de su ira, disciplinando, castigando y destruyendo a Edom y las demás naciones que también eran pecadoras y, específicamente, habían traicionado a Israel y Judá cuando estas estaban siendo disciplinadas por el Señor. Nadie que anduvo contrariamente a los principios éticos y espirituales del Señor estuvo, está o estará exento de enfrentar al Señor.
  2. La segunda parte del versículo 16 muestra, entonces, que esta sentencia incluye todas las naciones. Todos bebieron la copa de la ira del Señor. Por lo tanto el versículo 16 está mostrando claramente que el juicio divino sobre los edomitas es uno de los aspectos del día del Señor, que había llegado a su pueblo y que llegaría a todas las naciones de la tierra, convirtiéndose así estas palabras, en palabras profética del juicio universal.

    Y, como veremos en el último párrafo que examinaremos en el próximo estudio, esos versículos amplían esta profecía de condenación de Edom y la salvación del remanente de Judá a través de conceptos teológicos opuestos, al contrastar: "el monte de Sion con el monte de Esaú" y "el remanente con ningún remanente".

Conclusión

¿Qué lecciones o castigo Edom nos ofrece?

  1. Nadie que pretenda perjudicar al pueblo de Dios quedará impune por el Señor. 
  2. Los que están del lado de Dios están protegidos y esperan mejores días. 
  3. Aunque parezca lo contrario, Dios tiene en sus manos el curso de la historia y ejerce de acuerdo a su soberanía. 
  4. La historia de la salvación es lineal y no cíclica, y se mueve objetivamente hacia el final que Dios ha preparado para ella. 
  5. Es conveniente para todo hombre sabio, ser parte del pueblo de Dios, que es la iglesia, para que pueda obtener ventaja de las futuras bendiciones que Él tiene reservada para los suyos. 


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Existe un problema el cual debemos siempre tener presente, y es que los protestantes y el resto de las religiones no creemos las mismas cosas acerca de los aspectos más fundamentales del Evangelio Cristiano. Esto significa que no sólo somos otros cristianos de otra denominación. Cuando dos personas están en desacuerdo sobre temas tan fundamentales como la base e instrumento de salvación (es decir, que la sola justicia de Cristo es imputada a través de la sola fe, frente a, la justicia de Cristo impartida a través de la fe y nuestras obras) y si las buenas obras son parte de el fundamento de nuestra justificación o simplemente las evidencias - uno de ellos es un cristiano y el otro no lo es.

Vemos esto claramente demostrado por la forma en que el Apóstol Pablo habló acerca de los judaizantes. Los judaizantes profesando ser cristianos "enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos", Hechos 15:1. En otras palabras, se les enseña que la justicia de Cristo recibida por la sola fe no es suficiente para asegurar salvación. Para estar seguros, es necesario tener fe en Jesús; ellos no niegan que la fe en Cristo es necesaria para la salvación. Ellos solamente dicen que eso no era insuficiente; en su lugar, debe "completar" su justificación mediante la realización de ciertas buenas acciones. En otras palabras, los judaizantes trataron de añadir obras personales de justicia a los fundamentos de su justificación. Ellos eran la contraparte Católico Romana del primer siglo, que enseña que: "Si alguien dice que la [justificación] recibida no asegura y ... es aumentada delante de Dios a través de buenas obras, sino que esas obras simplemente son los frutos y las señales de la justificación obtenidos, pero no la causa del aumento, sea anatema"(Concilio de Trento, sesión 6, Canon 24). Para los judaizantes, esas obras eran la circuncisión y las otras ceremonias mosaicas. Para los católicos, esas obras son el bautismo, la participación en la Eucaristía y los demás sacramentos.

Separados de Cristo

Pero note cómo Pablo habla de estos maestros en el Nuevo Testamento. Él solo los cuenta como "hermanos separados" en Cristo. Las iglesias de Galacia no habían llegado a ser propagadores de esta doctrina,  sin embargo, Pablo les escribe luego de haber sido tentados a creer en ellas. E incluso entonces Pablo les escribe y dice: "Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros", Gálatas 4:11. Es decir, él teme que ellos pudieran nunca  haber sido verdaderamente salvos cf. 1 Juan 2:19.

Él les va a decir que si reciben el mensaje de la circuncisión, es decir, si permiten incluso que el más pequeño de los rituales religiosos se convierta en parte del fundamento de su confianza para la salvación: "de nada os aprovechará Cristo", Gálatas 5:2. Note, que él no dice, "Cristo será de algún beneficio para usted, pero no tanto que lo contrario. Podrán diferir un poco doctrinalmente, pero aun así podrán regocijarse en nuestra unidad". No. Pablo dice que todos aquellos que reciben la circuncisión como fundamento de su justificación están obligados a cumplir toda la ley, Gálatas 5:3. En otras palabras, si usted quiere que su justificación esté basada incluso en parte de las obras, usted está obligado a ser justificado bajo todo el ámbito de la ley cf. Santiago 2:10. Y en ese caso, ya que entonces estarían buscando ser justificados por la ley, sería correcto decir que usted está "separado de Cristo, caído de la gracia..." Gálatas 5:4. Usted sería uno de aquellos a quienes el apóstol Juan dijo que "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros", 1 Juan 2:19.

Finalmente, Pablo habla acerca de aquellos que predican un falso Evangelio tal que destruye el alma. Su conclusión con respecto a tales maestros es: "llevará el juicio" Gálatas 5:10. Una vez más, esto no es meramente un hermano distanciado. Él no es una de las ovejas de Cristo, es uno de otro rebaño. Él llevará el juicio. Se enfrentará a la condenación del Dios Todopoderoso la cual ningún verdadero creyente hará frente, cf. Romanos 8:1.

Cuidado con los perros

Pasando de Galacia a Filipos, Pablo advierte con la mayor severidad a los filipenses que eran vulnerables a esta enseñanza. Él no les dice, "Mi Filipenses, hay que tener cuidado de nuestros queridos hermanos equivocados". No, él les dice: "Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo", Filipenses 3:2. Pablo no estaba precisamente en el negocio de ayudar en el avance del movimiento ecuménico.

Cuidado con los perros. Ellos son perros. Y los judíos odiaban especialmente los perros. Porque estaban dispuestos a comer cualquier cosa, incluyendo la basura e incluso su propio vómito; los perros eran considerados animales impuros cf. Mateo 7:6; Lucas 16:21; Apocalipsis 22:15. En sarcástica ironía, Pablo utiliza el mismo término que los judaizantes habrían utilizado para los cristianos que no se sometían a la ley mosaica; el más despectivo término que significaba maldad, inmundicia, e impureza, Pablo lo utiliza para ellos.

Ellos son los malos obreros. En muchos casos en el Nuevo Testamento, "obreros" hace referencia a servidores de Cristo que comparten el ministerio cristiano Romanos 16:3; Filipenses 4:3; Filemón 1:24. Y los judaizantes eran obreros también. Como los fariseos, recorrían mar y tierra para ganar un prosélito, Mateo 23:15. Pero cuando lo logran, lo hacen dos veces más hijo del infierno que ellos mismos, porque su doctrina de realización humana minaba el Evangelio de la obra suficiente de Cristo y de la libre gracia de Dios. Eran obreros, pero eran malos obreros. Tal vez incluso con buenas intenciones, al tratar de ayudar a la Iglesia, no hacen más que arruinar y destruir, porque alejan la atención de Cristo y la suficiencia de su redención llevada a cabo, y dan su gloria a una ley que nunca fue capaz de impartir vida al hombre y su propia dignidad y fuerza de voluntad, cf. Gálatas 3:21. Y así, todos sus trabajos son trabajos malignos.

Y esto se aplica, de la misma manera, para todas las otras religiones quienes te persuaden a confiar incluso en porciones de tus propios méritos para ser justificados ante Dios. No importa cuánto beneficio práctico pueda tener. Ellos podrán alimentar a los hambrientos, podrán proteger a las personas sin hogar, podrán cuidar a los huérfanos, podrán preservar el medio ambiente, y podrán dedicar toda su vida a hacer de este mundo un lugar mejor. Pero si confían en sus buenas obras para satisfacer la ira de Dios contra ellos, y si enseñan a otros a descansar sobre sus propios logros morales,  admitirlos en la presencia de un Dios santo, ellos son malos obreros. Debido a que ellos opacan los sentidos de los hombres de su necesidad de gracia divina, y los conducen a creer que pueden salvarse a sí mismos, cuando en realidad no pueden hacer tal cosa, ellos son obreros desaprobados.

No sólo son perros. No sólo son malos obreros. Con el sarcasmo más dentado, Pablo les llama "mutiladores". Esto no es más que un juego de palabras increíble. La palabra griega para "circuncisión" es peritome, y la palabra para "mutilación" es katatome (palabra usada aquí). En efecto, Pablo está diciendo: "Estos falsos maestros piensan que son del partido de la circuncisión. Pero debido a que socavan la gracia de Dios en el Evangelio al mezclar las obras humanas con la justicia de Cristo, su sacramentalismo no es más que katatome, el tipo de mutilación ritual pagano. Se hacen llamar la circuncisión, pero no son mejores que los paganos".

Debido a que los judaizantes confiaron en su circuncisión y añadieron las obras a la obra de Cristo en el Evangelio, aquello que habría sido la señal más segura que eran el pueblo de Dios se convirtió en el signo más seguro de que fueron separados de Él.

“¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
    como está escrito:
        He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;
        Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”, Romanos 9:30-10:4.

"Ser más como Jesús"

Cuántos cristianos profesantes se darían  a la tarea de corregir el lenguaje de Pablo: "Pablo, ¡santo cielos! ¿Los llamaste perros? ¿Malos obreros? ¿Mutiladores? Pablo ¡Tómalo con calma! ¡Estas personas creen en la infalibilidad de las Escrituras! ¡Antiguo y Nuevo Testamento! ¡Ellos creen en Cristo, que Él era Dios y hombre, que era sin pecado, que murió por nuestros pecados y se levantó de la tumba, y que la salvación no se encuentra en ningún otro nombre! Ahora, seguramente ellos pueden tener algunos problemas doctrinales, pero, ¿cómo puede usted ser tan divisivo sobre un punto tan pequeño de la doctrina? !Pablo, tenemos que ser más como el Señor Jesús!".

De hecho, eso es exactamente lo que Pablo estaba haciendo. Estaba siguiendo los pasos de su Señor, quien llamó a los legalistas fariseos lobos rapaces Mateo 7:15, sepulcros blanqueado llenos de huesos de muertos y putrefactos, Mateo 23:27, ciegos guías de ciegos Mateo 15:14. El dulce, manso y humilde  Jesús, censuró a aquellos que ponían sobre los hombros de los hombres pesadas cargas y lo convertían en un hijo del infierno dos veces peor que ellos mismos, Mateo 23:15.

Cristo va a hacer todo, o no hará nada

¿Por qué nuestro Señor habló tan severamente? Porque el "evangelio de Cristo-plus plus", el evangelio de la fe en Cristo se había mezclado con el esfuerzo humano; y el mérito humano es una doctrina de demonios que destruye el alma, 1 Timoteo 4:1. Al igual que el desacuerdo entre Pablo y los judaizantes, el desacuerdo entre protestantes y las otras religiones no es un asunto doctrinal secundario; es la diferencia entre el cielo y el infierno. Estimados hermanos, lo nuestro es un Evangelio protestante guiado, guiado por el Espíritu Santo. Hablamos tan severamente debido a que es el mismo Evangelio lo que está en juego.

Esta es la diferencia entre una religión de méritos y una religión de gracia. Si Cristo ofrece sólo una parte de nuestra salvación, dejando  de proporcionarnos el resto, entonces todavía estamos sin esperanza y bajo la carga del pecado. No importa lo pequeño de la brecha que deba ser atravesada antes de la salvación, la conciencia vivificada ve claramente que nuestro miserable intento de piedad es insuficiente incluso para cerrar esa pequeña brecha. Tal intento de completar la obra de Cristo por medio de nuestros propios méritos, Pablo vio claramente, que era la esencia misma de la incredulidad. Cristo va a hacer todo o nada, y la única esperanza es sacar de nosotros mismos todo vestigio de falsa piedad y confiar en Él.

Cristo va a hacer todo, o no hará nada. ¿Por qué? Porque si la salvación es "por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra", Romanos 11:6. Introducir obras como cualquier parte de los fundamentos de nuestra justicia es corromper el Evangelio de la gracia, que es el único Evangelio que salva.

Me pregunto: ¿Podemos considerar estas cosas tan a la ligera cuando es tan evidente que el apóstol Pablo las tomó tan en serio? ¿Podemos desatender la diferencia entre (a) las buenas obras como la evidencia de la salvación y (b) las buenas obras como la base de la salvación, a una sutileza doctrinal pequeña entre las personas que son excesivamente académicos, cuando el Apóstol Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, podía censurar tan severamente?

Hermanos: palabras, ideas y doctrinas son la diferencia entre una eternidad en el cielo, con plenitud de gozo y delicias para siempre a la diestra de Dios, Salmo 16:11, y una eternidad en el infierno, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 2 Tesalonicenses 1: 9.

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Nehemías 8:1-8

Antes de iniciar esta amonestación me gustaría que primeramente leyeran el pasaje Bíblico arriba mencionado. Como podrá darse cuenta el pueblo se había reunido para recibir la instrucción. Aunque  muchos de ellos habían sido muy descuidados en la observancia de la ley, sentían el deseo de oírla porque deseaban alcanzar un nivel más elevado en su experiencia espiritual.  Habían venido entonces para oír la Palabra de Dios; esta fue la razón por la cual duraron 5 o 6 horas escuchando la instrucción de la palabra de Dios.  Dice el versículo número tres  que duraron desde el alba hasta el mediodía recibiendo las instrucciones de los levitas. El versículo seis por otro lado dice que el pueblo respondía amen, amen.

Deseo llamarles la atención al versículo ocho que tiene algunas variaciones en diferentes versiones de la Biblia. Tenemos entonces:

  • Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura, RV60.
  • Leían del libro de la ley de Dios y explicaban con claridad el significado de lo que se leía, así ayudaban al pueblo a comprender cada pasaje, NTV.
  • Y leyeron en el libro de la ley de Dios; y enseñaba Esdras, y explicó en ciencia del Señor; y entendió el pueblo en la lectura, LXX.

Quise hacer una comparación de estas versiones de manera que pudiesen observar que lo más importante de ese día fue que la gente comprendiera la palabra de Dios, y los que estaban enseñando estaban esforzándose en dar sentido y explicar la Palabra de Dios. Lo cierto de todo es que se tomó un buen espacio de tiempo para el estudio de la Palabra de Dios de manera que todos la comprendieran claramente.

Que gran mensaje nos brinda este capítulo de Nehemías; el pueblo vino para oír la Palabra de Dios, el pueblo vino para llenarse de la Palabra de Dios, para encontrar paz, para encontrar alegría, para encontrar fortaleza para su vida a través de la Palabra de Dios.

Bien, parece que hemos perdido la perspectiva de cuál es la razón por la que cada domingo nos reunimos en la iglesia.  Si preguntáramos esto mismo a algunos miembros de nuestra congregación, obtendríamos una inmediata respuesta como que: "Venimos a la iglesia a alabar y glorificar a Dios", y ciertamente esta idea está impregnada en la mente de los creyentes, casi como una frase estereotipada.

Hoy en el servicio dominical pude observar cuan desfigurada y descompuesta se encuentra esa expresión. Esta sería la tercera semana que la iglesia no recibe enseñanza de la escuela dominical; en su lugar se han realizado varios eventos. Pero este domingo en particular hemos recibido una sobredosis de canticos, lo que ocasionó escribiera este documento.

Increíblemente, hoy se dedicaron las tres cuartas partes del tiempo a los canticos y misceláneos; por supuesto la otra cuarta parte, es decir una miserable media hora, se la dedicaron a la predicación de la Palabra de Dios. Puedo imaginar que para algunos esto es demasiado tiempo.

Tristemente se ha distorsionado la razón de nuestras reuniones, y pienso que Satanás nos está ganando ventaja, y es que él sabe que mientras más tiempo pueda mantener a un creyente en la ignorancia de la Palabra, más espacio tiene para minar los corazones en la iglesia de toda clase de malignidad. Satanás es un experto opacando la predicación del evangelio, y la mente de los envanecidos olvida que el propósito de este perverso es intentar destruir la iglesia del Señor.

Hoy traigo a sus memorias las palabras de Oseas cuando dice: "Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos", Oseas 4:6.

Un cristiano derrotado es un cristiano falto de conocimiento, desventurado, presa fácil  de las artimañas de Satanás, que bien dice la Biblia, anda como león rugiente buscando a quien devorar. Pero hay grandes beneficios para quienes se llenan del conocimiento de la Palabra de Dios:
"Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperará", Salmo 1:1-3.

También hay un aspecto importante en el pasaje de Oseas arriba mencionado, y es que no solo la reprensión de Dios es hacia el pueblo sino que él también está hablando a los líderes de la iglesia, porque desechan el conocimiento, es decir desechan la Palabra de Dios.

Si en algo ha sido diligente la iglesia es imitar, pero imitar el error en lugar de imitar a Cristo. Pablo, quien sin duda alguna era imitador de Cristo, nos dejó claramente establecido que no existe sustituto para la enseñanza de la palabra de Dios: "Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. Pues está escrito:   Destruiré la sabiduría de los sabios, Y desecharé el entendimiento de los entendidos. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación".

Hay algo más que el apóstol Pablo hacía por las iglesias, y es que él oraba por las iglesias; y en sus oraciones el no pedía para que las iglesias tuvieran un buen coro, o mejores instrumentos musicales, tampoco oraba por un buen director de cantos, ni siquiera oraba para que tuvieran un buen himnario. Dice la Biblia: "nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios", Colosenses 1:9-10.

Pregúntese entonces: ¿Cómo y dónde tenemos la posibilidad de ser llenos del conocimiento de la voluntad de Dios? ¿Cuáles son los medios que Dios ha proporcionado a la iglesia para realizar esos objetivos? ¿Qué resultado, según el pasaje anterior, espera el Señor que alcancemos?

Estas preguntas llevan como única finalidad exhortarles a no dejarse fascinar por este tipo de filosofía que pretende hacernos creer que alabar, glorificar y alcanzar una mayor comunión con Dios se consigue removiendo la sensualidad con estos excesos de cánticos, sino más bien como dice la Biblia: "Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos. Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor", Efesios 5:15-17.

Y la voluntad de Dios será conocida solo a través del estudio de la Palabra de Dios.

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Gálatas 1:6-9.

Estamos iniciando otro estudio de la serie "Carta a los Gálatas". El propósito de cada creyente debe ser estudiar toda la Palabra de Dios. Hacemos esto porque Dios nos ha llamado para proclamar con integridad Su genuina Palabra.

Después de nuestro estudio pasado "Las cualidades del verdadero evangelio", nuestro objetivo hoy es estudiar los versículos 6 al 9 del capítulo uno de esta carta, que nos muestra la sorpresa de Pablo frente al cambio que el percibió en la creencia de las iglesias de Galacia.

En otras palabras, Pablo les dijo a los Gálatas que apropiarse de una nueva doctrina era repudiar el verdadero mensaje del evangelio que viene directamente de Dios. El Evangelio de la gracia de Dios, las buenas nuevas de la muerte, sepultura y resurrección del Señor Jesucristo, y los propósitos de Dios por medio de esos actos.

Someterse al legalismo es negar la doctrina pura de la gracia de Dios, y esto, a los ojos del Señor nuestro Dios es un asunto muy serio. Sólo hay un Evangelio y cualquier otro mensaje, además del de Pablo, no es el evangelio. El Evangelio no es ningún buen consejo, pero es precisamente lo que significa: el mensaje anunciando el poder transformador de Dios.

Cualquier mensajero o predicador que sugiera la adición de obras humanas a la obra perfecta y acabada del Señor Jesús, como medio de justificación ante Dios, es un "falso maestro" que enseña una "perversión" y por lo tanto debe ser maldecido.

Y ninguno juzgue que estas son palabras ásperas y amargas de un polemista emocionado. Más bien, son las palabras, repetidas dos veces. Son las palabras pronunciadas por el Espíritu Santo registrando su protesta contra cualquier corrupción del verdadero Evangelio.

El galatianismo no era solo una idea errónea que apareció durante el primer siglo de nuestra era. El galatianismo o el legalismo es un error que sigue presente hoy en día. Todavía por ahí se predica la Ley como causa de justificación humana ante Dios. El legalismo aún prevalece en muchos púlpitos. La levadura del legalismo está a punto de fermentar por completo la masa del cristianismo actual, del cristianismo que se predica en muchas iglesias y comunidades cristianas. Muchos están predicando "fe y obras" como el modo de salvación. Sin embargo, todos los líderes que lo hacen han caído de la gracia y no disfrutan de la libertad que proporciona el verdadero evangelio (Gálatas 5:1-4).

Tanto en el pasado como en el presente, hay quienes consciente o inconscientemente, quieren colocar más obligaciones sobre los hombros de los cristianos, las cuales no han sido contempladas por el Señor Jesucristo. Quieren poner al pueblo de Dios bajo la esclavitud de las leyes y normas que ellos mismos han desarrollado. Y lo que es aún peor es que lo hacen todo en nombre de la religión, en nombre del evangelio de Jesucristo. Fue por eso que al ver esta actitud de los falsos maestros, Pablo no pudo contenerse, e inspirado por el Espíritu Santo, en lugar de empezar su carta con un saludo suave y lleno de gratitud, como en otras cartas, rápidamente atacó a aquellos que querían pervertir el evangelio colocando sobre los hombros de los Gálatas las obligaciones de la ley mosaica, que ellos, que no eran Judíos, desconocían totalmente.

Aún hoy en día, esta es la realidad de muchas iglesias y muchas comunidades en nuestros países. Incluso sin ser Judíos, quieren que nosotros que somos salvos por la gracia de Jesús, cumplamos los requisitos de una ley que fue dada hace más de 3000 años, a un pueblo específico, que comenzaba su vida independiente bajo la dirección de Dios a través de Moisés. Esos predicadores, malos intérpretes de la Biblia, se olvidan que hemos sido libertados, porque la verdad nos ha hecho libres (Juan 8:32). Por lo tanto, la frase que es el principio bíblico relevante para ser aplicado en nuestras vidas es la siguiente:

Cada cristiano debe permanecer firme en el verdadero evangelio de la gracia de Jesucristo.

En este texto encontramos cinco razones por las que debemos permanecer en el verdadero evangelio de Jesucristo.

1. Hemos sido llamados por gracia, vs.6

Observe detenidamente lo que dice el versículo 6:"Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo,  para seguir un evangelio diferente".

Los gálatas estaban siendo convencidos por los judaizantes, y dejando así el verdadero evangelio, que les había sido predicado por el apóstol Pablo. Estos judaizantes eran muy sutiles y astutos. Ellos tenían mucho éxito en su labor perjudicial de convencer a los creyentes a desviarse de la fe pura, de la verdadera fe, del verdadero evangelio. El evangelio había sido transmitido a ellos con integridad. Era el mensaje que hablaba de Cristo; Aquel que había sido entregado por nosotros, que había muerto en la cruz por nosotros y resucitado al tercer día de entre los muertos, y luego llevado al cielo donde se sentó a la derecha del Padre en el trono, donde intercede por nosotros.

Bueno, las iglesias cristianas de Galacia recibieron este mensaje puro del evangelio, porque el evangelio es eso, es Cristo muriendo en la cruz por los pecadores. Es Cristo resucitando de entre los muertos por el pecador. Es Cristo siendo levantado a los cielos para sentarse a la derecha del Padre, en favor de nosotros, en favor de los cristianos, en favor de los pecadores.

Pero los judaizantes llegaron a estas iglesias de Galacia, y los nuevos cristianos conversos, que habían sido convertidos a través de la predicación de Pablo, les dijeron que el apóstol había estado allí y predicado el Evangelio y que todos habían aceptado el mensaje de la gracia salvadora. Entonces estos judaizantes, estos legalistas, les dijeron que todo eso estaba bien. Ellos fueron muy sutiles. Los judaizantes eran muy astutos, por lo que llegaron y comenzaron a elogiar el mensaje de Pablo. Ellos decían que todo eso estaba bien, que era incluso un mensaje maravilloso, y que los cristianos de Galacia, en realidad estaban haciendo todo muy bien y que habían tomado una decisión importante.
Debido a que eran muy sutiles y astutos, los  judaizantes después de concordar con el mensaje de Pablo, les dijeron que él había olvidado dar todo el contenido del mensaje. Ellos añadieron algo más al mensaje predicado por Pablo. Declararon que todo este mensaje de Pablo era muy bueno, pero había que añadir una cosa más: la necesidad de hacer cumplir la ley.
Esta fue la gran sutileza satánica; añadir o agregar algo más al evangelio; este fue el gran pecado cometido por los Gálatas. Ellos creyeron y aceptaron el mensaje de Pablo, y entonces aceptaron también el mensaje de los judaizantes. Era el evangelio de Cristo predicado por Pablo más el cumplimiento de la ley predicado por los judaizantes. Y los Gálatas que todavía no estaban bien arraigados, que no tenían una fe sólida en el verdadero evangelio, comenzaron a aceptar ese mensaje falso. Los gálatas estaban abandonando el evangelio de Pablo, el Evangelio de Cristo, para seguir un evangelio diferente, un evangelio mezclado, falsificado, un evangelio alterado. Este no era el evangelio de Cristo.

Este mismo tipo de evangelio es predicado hoy. Casi todo el mundo es cristiano; muchas personas se llaman a sí mismos evangélicos. Si usted pregunta por ahí, ¿cuál es su religión?, la respuesta de muchos será que él es un cristiano. Ellos pertenecen a cierto tipo de cristianismo; al tipo cualquiera. Pertenecen a una clase de evangelio como ese de los Gálatas; a un evangelio mezclado, al evangelio de Cristo más la ley. Al evangelio de Cristo más las obras. Al evangelio de Cristo más las doctrinas humanas. Al evangelio de Cristo más las tradiciones de los hombres. Al evangelio de Cristo más las prácticas religiosas desarrolladas por las iglesias, por las denominaciones, por los líderes que quieren mantener al pueblo de Dios bajo control.

Bien, este es el gran peligro de nuestros días. Hay quienes aman el cristianismo, hay quienes aman el evangelio, pero el evangelio que anuncian por allí, es un evangelio mezclado; y hay muchas personas que no saben hacer la diferencia entre una predicación verdadera y una falsa. ¿Saben por qué? porque desconocen la Palabra de Dios, porque no conocen el Evangelio, no conocen el Nuevo Testamento, y entonces creen que todo es cristianismo, que cualquier cosa es evangelio.

El apóstol Pablo está exhortando aquí a no prestar atención a ese evangelio mezclado; al evangelio de Cristo más el evangelio de los hombres. Pablo condena al cristianismo basado en la tradición humana, o la interpretación humana que proclama la necesidad de obedecer ciertas leyes, junto con la fe en Jesucristo. Pero, ¿Por qué Pablo insistió en la pureza del evangelio? Bueno, porque cuando usted no cree en el verdadero evangelio corre el riesgo de pensar que tenemos vida, cuando en realidad estamos muertos. Y no hace falta decir que hay mucha gente por ahí, espiritualmente muerta a pesar de seguir al "cristianismo". Una especie de cristianismo mezclado con paganismo, o de cristianismo mezclado con ocultismo, o algo así. Esto es veneno para el alma, es veneno para el espíritu.

El apóstol Pablo está abriendo los ojos de los creyentes de las iglesias de la provincia de Galacia, precisamente por ese peligro, porque la mezcla del evangelio puro con el legalismo de los judíos, es algo muy peligroso; es espiritualmente mortal. Entonces Pablo dijo: "Estoy maravillado de que os hayáis alejado tan pronto de aquel que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente".

Para mí es una cosa increíble ver a un cristiano, o una persona que dice ser cristiana, que dice ser evangélica, pasar de un evangelio a otro evangelio, pasar a un evangelio de hombres, a otra creencia, a prácticas legalistas, que ya han sido suprimidas por Cristo en la cruz del Calvario. ¿Será que eran cristianos? Evalúe su vida y verifique si su fe está basada en la libertad y la gracia de Jesucristo.

2. No hay otro evangelio, vs.7

Ahora observe el versículo 7: "No que haya otro,  sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo".

Aquí el apóstol Pablo se refiere claramente a aquellos que pervierten el evangelio. Pervertir aquí, es cambiar completamente el evangelio. Es la misma palabra que se usa para decir que la luz se convierte en tinieblas, o la oscuridad se convierte en luz. Por supuesto eso no acontece. Eso sólo se produce por la interferencia humana. Sólo cuando el hombre interfiere ocurren esos cambios que no son naturales.

Lo mismo sucede con el mensaje puro del evangelio. Cuando el hombre quiere hacer algo más allá de aquello que Jesús hizo completa y perfectamente, el resultado es un evangelio extraño. No es el evangelio de Jesucristo. Es una degeneración completa. Es una perversión del evangelio de Cristo. Eso hacen los que están por ahí proclamando ese mensaje: afirman que la verdadera religión es el cristianismo sumado a las otras prácticas. Es el evangelio más esto y aquello. ¿Qué clase de evangelio es este? Esa es la perversión del evangelio. Es la tergiversación del mensaje puro y claro de la gracia de Dios.

La proclamación de Pablo era la persona de Cristo, era la del Dios encarnado que vino a nosotros, que murió por nuestros pecados, pero que ha resucitado. ¡Este es el evangelio de la cruz! La muerte de Jesús es el punto de partida para la vida de liberación y de la gracia recibida por Dios. Todo lo que esclaviza al ser humano es otro evangelio, otro mensaje, es un mensaje falso. No es el verdadero evangelio. ¿No es hora de que todos recurran a la Biblia, al evangelio de Cristo, al verdadero evangelio que es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree en Él?

3. Ni siquiera una predicación angelical fue autorizada, vs. 8

Llamo su atención a la lectura del versículo 8: "Mas si aún nosotros,  o un ángel del cielo,  os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado,  sea anatema".

Es interesante este argumento de Pablo. Él dice que una de las razones por las que debemos perseverar, permanecer firmes en la verdad del evangelio es que fue revelado especialmente por Dios para él. Cronológica, histórica y teológicamente él, Pablo, tuvo el privilegio de ser el canal de la gracia de Dios para los gentiles. Él hace esta declaración en Efesios 3:2-3, 8-9, y Colosenses 1:24-29. Así que, ya no se concebía que cualquier otra revelación viniese a añadir algo nuevo a lo que ya había recibido directamente de Jesús. Incluso si un ángel venía a proclamar ese otro mensaje debía ser desestimado. La verdadera palabra de salvación Dios la había revelado a los hombres y no a cualquier otro ser, aunque fuese un ser celestial.

Pero cuando Pablo se refiere a ángeles que traen una nueva revelación, trayendo una añadidura, tenemos que recordar 2 Corintios 11:13-14 donde Pablo dice que el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz y sus ministros como ministros de justicia para confundirnos, para socavar la fe del evangelio puro y simple de Cristo. Déjeme hacerle una pregunta directamente a usted: ¿En cuál evangelio usted cree?

4. Cualquier otro evangelio no tiene la bendición de Dios, vs.8

Una vez más consideremos el versículo 8, donde Pablo dice: "Mas si aún nosotros,  o un ángel del cielo,  os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado,  sea anatema".

Espero que esté percibiendo las palabras del apóstol Pablo. Vea que el apóstol, inspirado por Dios, dice que este tipo de evangelio, que es predicado por los falsos maestros, es un mensaje sin la bendición de Dios; es un mensaje maldito. Sí; el evangelio mezclado con doctrinas de hombres deja de ser el evangelio de Cristo. Deja de ser el poder de Dios. Deja de ser el Evangelio que salva. Así que este mensaje debe ser considerado anatema, es decir, debe ser considerado maldito. Es un mensaje inútil y peligroso. Pablo dice que incluso si un ángel venido del cielo, anunciare otro evangelio debe ser desestimado, y su mensaje debe ser considerado inútil, un mensaje sin la bendición de Dios.

Hay muchas personas buscando recibir orientación  religiosa y espiritual, a través de cualquier medio, de cualquier gurú. Por lo tanto, estas personas se abren a las acciones de los malos espíritus, de los demonios. Hay muchas personas buscando ayuda a través de fuerzas ocultas. El mismo apóstol Pablo en su primera carta a Timoteo, capítulo 4 versículo 1, habla sobre ese tiempo; nos habla de esa época que estamos viviendo ahora. Estas son sus palabras: "Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,  escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios".

Tratando de llenar el vacío de sus corazones, los hombres, tanto de aquellos días de Pablo como los nuestros, están buscando la verdad en varios lugares, en movimientos y creencias. El problema es exactamente este: Cuando no estamos afirmados en la verdad divina, estaremos satisfechos hasta con los mensajes que no tienen la bendición de Dios. Porque el hombre es ciego, acepta creer en las revelaciones que no tienen la bendición de Dios. ¿Tiene usted convicción en su creencia? ¿Cuál es el mensaje que sustenta su vida?

5. Los que predican un mensaje diferente, son malditos, v. 9

Leamos ahora el último versículo de nuestro texto. Leamos el versículo 9: "Como antes hemos dicho,  también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido,  sea anatema".

Vea y perciba el cuidado de Pablo; perciba su perplejidad y observe su indignación. El apóstol repite aquí lo que ya había dicho en el versículo 8. Un evangelio mezclado con legalismo o con ocultismo, o con cualquier otra doctrina o tradición humana, debe ser considerado anatema. Pero hay que señalar y decir que Pablo no está condenando a la ley de Moisés. Pablo no está condenando a la ley del Antiguo Testamento, ni está comparando la ley de Moisés con las falsas religiones, o las tradiciones de los hombres. Las falsas religiones son falsas y son peligrosas.

No, Pablo no está condenando  la ley. ¡Todo lo contrario! La ley de Moisés es divina, ella refleja el carácter de Dios y por lo tanto es majestuosa, es santa, es pura, es justo como dice Pablo en Romanos 7:12-14. Pero la ley de Moisés no es el sistema de salvación dado por Dios. Por medio de la ley ninguno se salva; somos salvos por la gracia, mediante la fe en Cristo. Por lo tanto, aquellos que predican otro mensaje, además de no estar bajo la bendición de Dios, son maldecidos por Dios porque niegan la obra completa y perfecta en Jesucristo en la Cruz del Calvario.

Conclusión

Mi oración es para que usted crea en el verdadero evangelio y persevere en él. No se deje engañar por los líderes inescrupulosos que quieren dominar al pueblo de Dios con leyes, normas y reglamentos que ya no tienen más sentido en la época del nuevo pacto.

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Gálatas 1:1-5

Usted ya sabe que estos estudios tienen como objetivo profundizar en la Palabra de Dios, comentando detalladamente los distintos pasajes, con el fin de proclamar todo el plan de Dios para cada uno de nosotros. Usted sabe que no existe un libro en el mundo que se pueda comparar con la Biblia. El Dios santo que aún habla utiliza hombres santos, esto es separados, para presentar su mensaje para todos nosotros. Todo lo que Dios tenía que decirnos, lo expresó a través de la Biblia, por lo que es importante estudiarla. Después de haber visto los aspectos introductorios, comenzaremos nuestros comentarios en el texto de la carta a los Gálatas. Deseo que se sienta en unidad con nosotros y que a través de estos estudios se sumen muchos hermanos y amigos.

Nuestro objetivo de hoy es estudiar los primeros cinco versículos del primer capítulo de la carta de Pablo escrita a los Gálatas.

La carta de Pablo a los Romanos puede ser denominada como el evangelio para los cristianos. En Romanos se encuentra relatado muy claramente cómo los pecadores pueden ser justificados ante Dios. En esta carta a los Gálatas, vemos cómo los cristianos que han sido lavados por la sangre de Jesús, cómo los cristianos que ya están justificados, deben vivir en la presencia de Dios; cómo es que los cristianos deben desarrollar su vida cristiana. En este inicio de la epístola, Pablo, al saludar a las iglesias cristianas en Galacia, no sigue sus patrones de saludos; de pronto, frente al problema que los Gálatas estaban enfrentando, les escribe mostrando su visión del evangelio.

Los creyentes de Galacia, como muchos en nuestros días, no tenían convicciones bien enraizadas, formadas por la meditación cuidadosa, el razonamiento y la fidelidad de las verdades reveladas por Dios.

En los días apostólicos había ciertos líderes religiosos que eran conocidos como judaizantes o "legalistas". Estos que no aceptaban la predicación de la gracia de Dios, siguieron los pasos de Pablo hasta Galacia, y con su predicación errónea, que enfatizaba tanto la fe en Jesucristo como el cumplimiento de la ley mosaica, causaron mucha confusión entre las congregaciones cristianas de la zona. Pero, por desgracia vemos esta misma predicación hoy en día. Son iglesias y comunidades que les exigen a sus miembros cumplir con ciertas prácticas y costumbres, indicando que a través de la obediencia a esas leyes denominacionales los creyentes pueden sentirse seguros en relación a su salvación. Son iglesias, comunidades y líderes que, para dominar al rebaño, ponen leyes, normas y preceptos en los hombros de sus subordinados y los oprimen, contrariando la pureza del evangelio que demuestra que somos totalmente libres de esas leyes que se cumplieron en Jesucristo.

En vez de esas comunidades predicar la libertad y la gracia que tenemos en Jesucristo, predican un evangelio lleno de requisitos. Algunos van al extremo y apelan a donaciones financieras como prueba de que el verdadero creyente está en obediencia a Dios, cuando claramente en 2 Corintios 9:7 la Biblia nos enseña que debemos dar al Señor aquello que hemos propuesto en el corazón y hacerlo con alegría.

Al igual que hoy, los judaizantes legalistas predicaban este mensaje en las comunidades de Galacia y estaban desviando a aquellos cristianos del camino de la fe, la gracia y la libertad que tenían y que tenemos en Jesucristo. Para traerlos de vuelta a la fe verdadera, Pablo escribió esta carta y la comenzó presentando ciertas cualidades del verdadero evangelio. Y así, la frase que es el resumen de estos versículos, pero también es una sentencia desafiadora para nosotros puede ser expresada de la siguiente manera: Todo cristiano debe saber que el verdadero evangelio es de origen divino y no humano.
En este primer texto encontramos cinco cualidades del verdadero evangelio que se origina en Dios.

1. Manifiesta la cualidad de un ministro, vs.1

Pablo,  apóstol  (no de hombres ni por hombre,  sino por Jesucristo y por Dios el Padre que lo resucitó de los muertos).
El evangelio es una verdad que entre otras características destaca la amistad y el amor entre sus miembros. Todos son iguales porque pertenecen a la misma familia. Ahora bien, quien escribió esta carta fue el apóstol Pablo, pero el autor era Dios (2 Timoteo 3:16). En esta carta, inspirada por el Espíritu Santo, lo escrito por Pablo es la Palabra de Dios tanto como las palabras proferidas por el mismo Señor Jesús cuando estaba encarnado entre nosotros. La Santa Biblia es la obra de Dios transmitida por los hombres que Dios eligió.

Se aprecia el espíritu enojado del apóstol Pablo en las letras de este versículo uno. A pesar de ser verdad que él no pertenecía al número original de los doce apóstoles, su apostolado procedía de Dios. Esta fue una información demoledora para sus enemigos, dada ya en el primer versículo.

Él era un embajador de Dios. No de hombres. Es decir, no representaba alguna institución humana, organización o grupo de individuos. Pablo no estaba defendiendo ninguna escuela de filosofía humana. Ni por hombre. Es decir, que no había recibido su comisión y el contenido de su mensaje a través de las instrucciones humanas, sino directamente de Dios. Así fue revelado su mensaje. Dios el Padre y Jesús el Hijo, llamaron y equiparon directamente a Pablo para el ministerio del apostolado, sin alguna mediación humana, tomando parte en el caso de Pablo. Para Pablo, la resurrección era el testimonio de Dios en cuanto a la suficiencia de la obra del Señor Jesús, llevada a cabo en el Calvario. La muerte del Señor Jesús satisfizo totalmente al Padre. Su resurrección testifica que la obra de redención fue aceptada por completo. Y como consecuencia unió como una familia todos los que creen en él.

2. Desarrolla comunión en la comunidad cristiana, vs. 2

...y todos los hermanos que están conmigo,  a las iglesias de Galacia.

Algunos estudiosos consideran este saludo de Pablo demasiado corto y demasiado formal, a diferencia de otros saludos. Nadie fue mencionado. Pablo no menciona el nombre de alguna persona que estaba con él. ¿Indicaría eso que él estaba solo? Él no utiliza el nombre de nadie, apenas dice que sus hermanos que estaban con él enviaban saludos. ¿A quién iba dirigida esta carta? A las iglesias de Galacia. Vea bien que no es a "la iglesia de Galacia". El Nuevo Testamento no reconoce algo como un cuerpo entre las iglesias locales. La doctrina de la soberanía absoluta de cada congregación de creyentes regenerados es una doctrina bíblica. La autonomía de la iglesia local es la única forma de gobierno que se encuentra en las Escrituras. Lo qué puede y debe existir es la cooperación mutua. Pero hay que señalar que se dirige a las iglesias. Una vez más hacemos hincapié en que no se trataba de una iglesia, sino de muchas iglesias. Pablo no menciona los nombres de esas iglesias. Él está dirigiendo su carta a las diversas comunidades de Galacia. Fueron diversas comunidades.

Hay dos maneras de utilizar la palabra iglesia en el Nuevo Testamento. Uno se entiende como el cuerpo de Cristo, los creyentes de todos los grupos diferentes, que forman el cuerpo de Cristo. Todos los que habían creído en Cristo, eran parte del cuerpo de Cristo. Todos pertenecen al cuerpo de Cristo. Pero hay otro sentido para la palabra iglesia, la cual es la iglesia local, la asamblea de la iglesia local. Este es el sentido utilizado aquí por el apóstol. Pablo se dirigía a cada una de las varias iglesias locales de diferentes lugares de Galacia. Había una iglesia en Antioquía de Pisidia, había otra u otras en Iconio, en Derbe, en Listra, y otras ciudades. Él estaba escribiendo a todas aquellas iglesias. Esa comunión entre las Iglesias es una característica del cristianismo. Formamos una comunidad de los que aman a Dios. Es bueno siempre recordar que la salvación es individual, pero la vida cristiana es comunitaria. Se desarrolla en conjunto.

3. Es para bendición compartida, vs. 3

Gracia y paz sean a vosotros,  de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo.

El saludo es bendecidor. Es el deseo del apóstol de que los hermanos sean bendecidos. Espero que ese sea su deseo también cuando salude a alguien, deseando la gracia y la paz de Dios para esa persona.

La gracia debe ir en primer lugar. Los hombres sólo pueden tener paz para con Dios por medio de Su gracia. Vea bien el orden de las palabras: "Gracia y paz sean a vosotros, de Dios el Padre y de nuestro Señor Jesucristo". Aquí nos encontramos con la palabra gracia, junto con la palabra paz. Fue con la palabra paz, shalom, que los Judíos se saludaban entre sí en aquel tiempo. Pero Pablo usa la palabra gracia antes de la palabra paz. La gracia de Dios ha de ser experimentada antes de experimentar la paz que viene de Dios. Esto es realmente muy importante. Incluso en nuestros días, hay mucha gente interesada en la paz de Dios, pero se olvidan de la gracia de Dios, que es la gracia salvadora. Nadie puede tener paz en su corazón sin antes tener la salvación que es por gracia. Pero, cuando experimentamos la gracia de Dios podemos bendecir a otros promoviendo la paz. Y debemos promover la paz entre los hombres y entre Dios y los hombres. ¿Ha compartido esa bendición con los demás?

4. Valora la salvación concedida vs. 4

...el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados para librarnos del presente siglo malo,  conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre.

Fue la voluntad de Dios y Padre nuestro que el Señor Jesús se entregara a sí mismo por nuestros pecados. El camino de la salvación divina es por medio de la muerte de Su Hijo. Su expiación nos sustituye en la cruz del Calvario, y todo eso fue motivado por su insondable misericordia y bondad. El mismo Señor Jesús se entregó para librarnos de la condenación merecida por nuestros pecados.

Este es uno de los versículos más importantes de esta epístola. Se trata de un versículo extraordinario en esta carta. Pablo se refiere a Jesús cuando dice: "el cual se dio a sí mismo por nuestros pecados". Pablo nos está presentando la excelencia del Evangelio de Cristo. Cristo se entregó. Nosotros no podemos añadir nada al valor del sacrificio de Cristo cumplido en la cruz del Calvario. Él se entregó por nosotros. Pregunto, ¿Será necesario añadir algo más a este maravilloso evangelio? O ¿Podríamos dar algo a Dios para mejorar el sacrificio de Jesús? O ¿Qué es lo que el hombre tiene para ofrecer a nuestro Padre celestial? ¿Tiene usted algo que añadir al sacrificio de Cristo? Cristo se entregó, eso es todo lo que era necesario. Se dio a sí mismo, y es maravilloso y suficiente para nuestra salvación. Yo no creo que haya nada más importante para el pecador, pero a menudo estamos ofreciendo a Dios nuestro dinero, nuestros talentos, nuestro tiempo, pero Jesús se dio a sí mismo. Él no podía dar más de lo que dio, y no podemos añadir nada a la ofrenda hecha por Cristo en la cruz.

El Evangelio da vida y poder al hombre. La fe salvadora es la que liberta al hombre de los terribles y destructivos poderes. Sólo Cristo puede liberar al hombre de estos terribles pecados. Muchos están viviendo a través de los años, debajo de ese sistema esclavizador del mal, pero el evangelio de Cristo es el único poder capaz de liberar al hombre del mal. Sólo el Evangelio puede hacer este trabajo de liberación. Esta es la prueba del verdadero evangelio. Cristo se entregó por nosotros. Se dio a sí mismo por nuestros pecados. Esto significa que Él tomó nuestro lugar, cuando murió en la cruz. Él tomó mi lugar en la cruz, murió, pero resucitó al tercer día y ahora nos puede liberar del poder de este mundo malo.
Nosotros no podemos agotar nuestros comentarios con respecto a este versículo; es demasiado profundo. En él se resume toda la profunda verdad del evangelio de Cristo. Y, es importante tener en cuenta lo que el apóstol está diciendo, que el evangelio es de Cristo y no de Pablo. Es Jesús quien nos libra, quien nos salva, quien nos justifica. Y todo esto es gracias a Dios. Él nos ha dado estas bendiciones, de forma gratuita. Y es por eso que vemos en el versículo 5 más un signo del verdadero evangelio.

5. Presenta alabanza y adoración vs. 5

...a quien sea la gloria por los siglos de los siglos.  Amén.

Pablo muestra ahora que debemos rendir alabanza y adoración a Dios. Necesitamos enfatizar más en nuestras iglesias y comunidades la gratitud, la alabanza y la adoración. En nuestras reuniones, hay la necesidad de alabar más a Dios y glorificar su santo nombre. Estamos casi siempre olvidándonos de alabar a Dios. Pregunto, ¿el día de hoy, ya se detuvo un momento para alabar a Dios, o ya elevó su pensamiento y su corazón hoy para alabar a Dios y adorarlo? Vuelvo a preguntar, ¿usted ha dado gracias a Dios por las bendiciones otorgadas por él?

La gran bendición de la salvación debe servir de motivo de gratitud. Esta relación personal con Dios se expresa en términos de filiación. Dios es presentado como Padre (Gálatas 1:1-4) como vimos en los versículos anteriores. Nosotros, los cristianos somos declarados hijos de Dios por la fe en Jesucristo (Gálatas 3:26). Jesús, a su vez, nos ha redimido para que podamos participar de esa filiación (Gálatas 4:5), y la conciencia de esa afiliación es creada por el Espíritu Santo que nos impulsa a agradecer, a glorificar a Dios por todas sus bendiciones concedidas.

Pero, por desgracia, muchos que no son cristianos e incluso algunos cristianos sólo hacen hincapié en lo negativo. En todas las situaciones, en cada circunstancia se quejan, murmuran y muchos se rebelan contra Dios por alguna razón. Hay muchas personas que sólo se quejan. Se quejan de la lluvia persistente, o se quejan de mucho frío o de mucho calor, en fin se quejan de todo todos los días. Preguntémonos, ¿no es así como muchas personas hablan? ¿Conocemos a alguien así? En vez de dar gracias a Dios por las bendiciones están murmurando debido a esto, o a aquello. Debemos dar gracias a Dios por el nuevo día que Él nos da. Bien sea un día de lluvia, o sea un día soleado. Sea un día frío o un día caluroso, debemos alabar a Dios por todo. En lugar de tener la misma actitud de muchos de los que se quejan de todo y por todo, tenemos que ser diferentes. Qué bueno es cuando el creyente se pone de pie y comienza la mañana dando gracias por un día más. Digamos, ¡Qué hermosa es la lluvia, qué bello es el sol! ¡Cómo todo lo que Dios permite es bueno!
Usted necesita saber cuánto necesitamos la lluvia, cuánto necesitamos el sol, el calor y el frío, así que demos gracias a Dios por todo. Todo es bueno, es necesario. Demostremos gratitud diciéndole al Señor que le damos gracias porque en tu sabiduría has permitido que todo esto acontezca.

Demos todos gracias a Dios, gloria a Dios, al nombre de Jesús, nuestro Salvador. Cantemos himnos de alabanza a Dios. Hay muchas canciones maravillosas. Hay muchas canciones hermosas en nuestros himnarios que son verdaderos mensajes. Cuanta inspiración encontramos en esos maravillosos himnos. Cristo se entregó por nosotros. Alabémosle por esto, a Dios démosle la gloria. La gloria sea para siempre al Cordero de Dios.

Conclusión

Podemos empezar a alabar y glorificar el nombre de Dios, porque ahora tenemos la salvación. Si vamos a entrar en la eternidad dando gloria a Dios y alabanza al Cordero de Dios, ¿por qué no empezar en esta vida desde ahora a glorificar su nombre?

Mi oración es para que usted siempre sea un cristiano que muestre estas cinco cualidades del verdadero evangelio. Que pueda saludar a su prójimo como un comisionado divino. Que pueda desarrollar la comunión en sus relaciones con la comunidad cristiana. Que sea de bendición compartiendo la gracia y la paz. Que usted pueda valorar su salvación y proclamar a Jesucristo como el único camino de salvación. Y que glorifique y adore a Dios conmemorando su Santo Nombre.

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Iniciamos el estudio de la "Carta a los Gálatas". Les deseo  a todos las más preciosas bendiciones del Señor en el inicio de este estudio. Que hermoso es saber que está dedicando tiempo a la meditación de la Palabra de Dios. El estudio continuo de la Biblia es un privilegio, pero también es una necesidad, porque es nuestro alimento espiritual.

Tenemos como objetivo iniciar nuestros estudios de la carta que Pablo escribió a los Gálatas, recordando que serán 20 estudios de este libro que ha marcado una gran diferencia en las vidas de aquellos que se esmeran en estudiarlo. Deseo pues, que con la ayuda de Dios, pueda disfrutar de las riquezas de la Palabra de Dios que encontraremos en el estudio de esta epístola. Iniciemos pues con los aspectos introductorios de la carta a los Gálatas.

En relación a la introducción de la carta

La carta a los Gálatas es una de las fuentes, probablemente la mejor, que nos informa sobre el comienzo del evangelio en Galacia. Gracias a su contenido sabemos de las actividades misioneras desarrolladas por Pablo en una región que cubre gran parte del centro de Asia Menor, y que desde el siglo I, antes de Cristo, estaba bajo el dominio del imperio romano, en la condición de "provincia", a diferencia de Filipos que era una colonia romana.

En ese momento Galacia estaba habitada por los descendientes de las antiguas tribus de los celtas o galos, donde se originó su nombre, que tres siglos antes habían emigrado de Europa central a esa región. Algunas de estas tribus llegaron hasta Asia Menor, se establecieron, y luego se extendieron gradualmente a lo largo de grandes territorios hasta los límites de lo que hoy es Turquía.

Galacia, más allá de la carta, se menciona sólo cinco veces en el Nuevo Testamento (Hechos 16:6, 18:23; 1 Corintios 16:1; 2 Timoteo 4:10 y 1 Pedro 1:1). Pero es importante señalar que a pesar de estas pocas referencias, la importancia que tuvo la región en el inicio del cristianismo fue tan sorprendente como el testimonio personal de Pablo; allí él anunció el evangelio (4:13) y, desde luego fundó y organizó una serie de pequeñas comunidades dispersas en toda la provincia (Hechos 14:21-23).

En relación al autor

Evidencias externas

  1. Los siguientes autores atribuyeron la carta al apóstol Pablo: Canon de Marción (140 d.C.), Canon de Muratori (170 d.C.), Ireneo (140-203 d.C.) y Tertuliano (150-222 d.C. ).
  2. En tiempos modernos, incluso la escuela de Tübingem, una escuela alemana de la línea más disputadora, aceptaron la carta como genuinamente paulina.

Evidencias internas

  1. La carta reivindica la autoría paulina (1:1 );
  2. Las referencias personales en los capítulos 1 y 2 están en armonía con lo que sabemos de la vida de Pablo, a través del libro de los Hechos.
  3. La enseñanza sobre la justificación por la fe en los capítulos 3 y 4 se corresponde con la enseñanza de Pablo en otras cartas propias.
  4. El problema principal de la carta (la lucha contra la vida cristiana presa del legalismo) encaja perfectamente con el modelo de las iglesias en el tiempo de Pablo, es decir, los primeros años del evangelio.
  5. El espíritu agudo de la carta corresponde al carácter objetivo de Pablo cuando trataba de asuntos que podrían hacer daño a la iglesia.

En relación  a la definición de la fecha y lugar de la carta

Existen diferentes posiciones entre los comentaristas en cuanto a la fecha de redacción de la carta. No obstante he adoptado la postura de una fecha más posterior a la de otros comentaristas, ya que durante los tres viajes misioneros, Pablo trabajó en el sur de Galacia antes que cualquier otro grupo de iglesias.

Esta posición se basa en las siguientes evidencias:
  1. Esta carta a los Gálatas fue escrita después del Concilio de Jerusalén, ya que describe la relación de Pablo con otros líderes cristianos. El viaje a Jerusalén que se menciona en 2:1 debe ser identificado con el realizado en Hechos 15:1-4.
  2. Esta carta fue escrita después de las dos visitas anteriores a Galacia. La primera descrita en Hechos 13:14 y la segunda en Hechos 15:40-16:5. Esos viajes deben ser identificados con Gálatas 4:13.
  3. Siendo así, esta carta fue escrita poco después de la conversión de los Gálatas, porque Pablo estaba sorprendido por la rapidez con que se estaban alejando del Dios que los había llamado. Esta declaración debe ser identificada con Gálatas 1:6.
  4. Entonces, esta carta pudo haber sido escrita durante su segundo viaje misionero a Corinto, antes de la llegada de Timoteo y Silas. Y eso explicaría la omisión de sus nombres en el saludo de la carta, según Gálatas 1:1, cf. 1 Tesalonicenses 1:1 y 2 Tesalonicenses 1:1 que fueron cartas escritas en la misma época.
  5. Esta carta pudo haber sido escrita desde la ciudad de Corinto entre los años 50 a 53 durante el segundo viaje, probablemente en el año 50 poco antes de las cartas a los Tesalonicenses. Así que, esta pudo haber sido la primera carta, de las 13 cartas escritas por el apóstol Pablo en su ministerio de asistencia a las iglesias.

En relación a los destinatarios y ubicación

Los gálatas del tiempo de Pablo eran descendientes de los galos que habían emigrado desde la Galia hasta el centro-norte de Asia Menor  varios siglos antes. Es difícil determinar en qué área se encontraban las "iglesias de Galacia".

Probablemente fue a las iglesias que fundó en el primer viaje misionero a quienes escribió esta carta. Pero ciertamente no fue para una comunidad en particular y determinada, sino para las diversas comunidades (1:2), formadas por creyentes que, en su mayoría o posiblemente en su totalidad, procedían del paganismo (4:8).

En relación al carácter de los Gálatas

Galacia no era un pueblo o una ciudad, era una provincia de Asia. Fue visitada por Pablo en varias ocasiones. En el primer viaje descrito en Hechos 13 y 14 el liderazgo que había comenzado con Bernabé pasó a Pablo en reconocimiento del ministerio específico que Dios le había dado. En el segundo viaje, Pablo comenzó su ministerio en la región (Hechos 16:6), y en el tercer viaje él también pasó por las regiones de Galacia y Frigia (Hechos 18:23). En esas ocasiones se establecieron varias congregaciones locales (Gálatas 1:2 y 1 Corintios 16:1).

Los Gálatas se caracterizaron por ser un pueblo impulsivo, voluble, inestable y fácilmente influenciable. Eran un pueblo que, en medio de las dificultades, cambiaba de posición con gran facilidad (cf. Gálatas 1:6, 3:1-3, 4:9, 15-16, 5:15).

A los Gálatas les faltaban  dos características que deben tener los cristianos maduros. Carecían de discernimiento espiritual y perseverancia; es por eso que tenían esos cambios de posición.

En relación con el tema y el género literario

El fundamento en torno al cual giran los Gálatas es su actitud en relación con el verdadero evangelio. El apóstol Pablo pone en claro "la verdad del evangelio": origen, contenido, el recibimiento de la justificación por la fe en Cristo, las bases doctrinales y la aplicación práctica.

La iglesia cristiana (en Galacia, e incluso en Palestina) al principio, atacada por la predicación de los judaizantes, estaba confundida acerca de la relación que debía mantener con el judaísmo y la ley. Frente a la oposición de la libertad del evangelio predicado por Pablo, probablemente algunos enseñaron que la salvación era por fe, y que la santificación debía ser obtenida por la práctica de las buenas obras y la obediencia a la ley (Gálatas 3:1-5, 4:8-11).

El mensaje básico de Pablo a los Gálatas y los cristianos con las dudas causadas por los judaizantes, era muy alto y claro: los cristianos son salvados por la fe y viven la vida cristiana por la fe (2:19-21), y esta es la vida plena de libertad (5:1, 13) vivida o transitada en el Espíritu (5:16, 25).

Las obras y la ley no pueden salvar ni santificar. La decisión del Concilio de Jerusalén en el 49 d.C. (Hechos 15) ayudaron a resolver este problema de manera concluyente. El cristiano debe tener en cuenta que la santificación es a la vez una posición otorgada por Cristo, como un proceso para llegar a ser espiritualmente maduros en Cristo, y vivir la vida cristiana por la fe en el poder del Espíritu Santo. En otras palabras, Pablo está diciendo: "Transfórmarte en aquello que eres".

De modo general en relación con el género literario, la Epístola a los Gálatas es bastante similar a las otras epístolas de Pablo, así como los patrones de las epístolas de aquel tiempo. Aunque muchos la ven como de carácter apologético no hay pruebas suficientes para llegar a la conclusión de que Pablo escribió Gálatas como una epístola apologética.

En relación con el propósito

Pablo tenía en mente tres propósitos bien relacionados al escribir a los Gálatas:
Defiende su autoridad como apóstol contra las declaraciones de sus oponentes, los falsos hermanos (Gálatas 1:7-9, 2:4, 5:9-10, 12; 6:12-13).
Definir, explicar y demostrar el verdadero mensaje del evangelio que estaba siendo mancillado por los judaizantes (Gálatas 3:23-28).
Aplicar el mensaje del Evangelio a la vida cristiana por el poder del Espíritu Santo (Gálatas 5:1-26).

En relación con la teología

El contenido teológico de la carta muestra que el objetivo de Pablo era combatir la herejía judaizante que se extendió rápidamente entre los Gálatas.

Los judaizantes eran Judíos que habían creído en el Evangelio, pero insistían en que además de la fe, los cristianos debían ser circuncidados y guardar la ley de Moisés para ser salvo.

Teológicamente, Pablo escribió Gálatas para persuadir a la iglesia que la salvación es por fe y no por obras o por la ley, más exactamente, la salvación y la vida cristiana se deben vivir por fe, a medida que los cristianos experimenten su libertad en Cristo, libertad que es aplicada por el Espíritu Santo en la vida de todos los cristianos.

La teología básica de Gálatas tiene relación con la verdad del evangelio y sus implicaciones.

La aplicación de este mensaje debe quedar nítidamente claro: para un cristiano que fue salvo por la fe, vivir la vida cristiana a través de las obras legalistas equivale a anular la obra de la cruz y dejar escapar la libertad de vivir en el Espíritu.

En relación  a la estructura del texto

  1. INTRODUCCIÓN 1:1-9
    • Salutación: la base de la libertad 1:1-5.
    • El propósito: el desafío de la libertad 1:6-9.
  2. ARGUMENTO BIOGRAFICO - UNA REVELACIÓN INDEPENDIENTE 1:10-2:21
    • La revelación independiente de la enseñanza humana y judías 1:10-24.
    • La revelación independiente de la enseñanza judaizante 2:1-10.
    • La revelación independiente de la presión apostólica 2:11-18.
    • La revelación independiente de los intereses egoístas 2:19-21.
  3. ARGUMENTO TEOLÓGICO - EL FRACASO DEL LEGALISMO 3:1 a 4:31
    • El fracaso del legalismo por experiencia personal 3:1-5.
    • El fracaso del legalismo, mediante la enseñanza del AT 3:6-14.
    • El fracaso del legalismo por la prioridad de la promesa 3:15-22.
    • El fracaso del legalismo por la superioridad de la fe madura 3:23 a 4:7.
    • El fracaso del legalismo por el peligro de la reacción 4:8-11.
    • El fracaso del legalismo por contraste de motivos 4:12-20.
    • El fracaso del legalismo por el contraste: esclavitud X libertad 4:21-31.
  4. ARGUMENTO PRÁCTICO - EL EFECTO DE LA LIBERTAD 5:1 a 6:10
    • El efecto de la libertad y la declaración introductoria 5:1-12.
    • El efecto de la libertad y sus consecuencias 5:13-15.
    • El efecto de la libertad en la práctica individual 5:16-24.
    • El efecto de la libertad en la práctica social 5:25-6:10.
  5. CONCLUSIÓN 6:11-18
    • El propósito de la libertad - la cruz 6:11-15.
    • El precio de la libertad - el sufrimiento 6:16-17.
    • La bendición de la libertad - la gracia 6:18.

En relación con las particularidades de la carta

  1. Es una de las únicas cartas que carecen de acción de gracias que Pablo siempre mencionaba al principio de sus cartas.
  2. En esta carta, Pablo trata con la iglesia de Galacia del mismo tema tratado en el Concilio de Jerusalén (cf. Hechos 15).
  3. La controversia tratada en el Concilio de Jerusalén fue motivada por los judaizantes. La herejía judaizante afirmó que había un elemento de mérito humano en la justificación, y que las obras de la ley, debían añadirse a la fe en Jesucristo para que aconteciese la salvación, la justificación. Ellos no afirmaban que la circuncisión y la observancia de la ley debían sustituir la fe en Jesucristo, pero ponían estos requerimientos como  complemento de la fe en Jesucristo. De esa manera desmerecían el sacrificio de Cristo, que era pleno, perfecto y completo.
  4. El tema de la libertad cristiana, o su equivalente se menciona y destaca once veces, aun cuando es una carta pequeña.
  5. En esta carta se ve claramente la revelación de la entrega de la Ley en el Antiguo Testamento (cf. Gálatas 3:19-4:11).
  6. En esta carta se encuentra una sola mención a la alegoría que se encuentra en el Antiguo Testamento (cf. Gálatas 4:21-31).
  7. La carta a los Gálatas forman junto con Romanos, 1 y 2 Corintios el grupo de cuatro cartas de las que no hay duda en cuanto a su autenticidad.

En relación a los daños causados por los judaizantes

Los creyentes de Galacia, en su mayoría aceptaron las enseñanzas pervertidas de los judaizantes, con resultados desastrosos. El legalismo causó mucha confusión religiosa en Galacia. Varios pasajes de la carta revelan que los judaizantes causaron estragos en las comunidades:
  1. Los Gálatas se alejaron de Pablo y se unieron al otro mensaje que no era el verdadero evangelio (Gálatas 1:6).
  2. Los Gálatas estaban fascinados y depositaron su confianza en la carne, la naturaleza vieja (Gálatas 3:1-3).
  3. Comenzaron a observar los días, meses, tiempos y años, que eran prácticas extrañas al Nuevo Testamento que no valían nada (Gálatas 4:10).
  4. Deseaban colocarse bajo la ley que hace que sea más cómodo de seguir para la carne; ya que no requiere madurez y decisiones constantes en el Espíritu Santo (Gálatas 4:21).
  5. Los Gálatas estaban atrapados bajo el yugo de la esclavitud de la ley, sometiéndose a ordenanzas      extranjeras (judías) y anticuadas (Gálatas 5:1,3).
  6. Por lo tanto, cayeron de la gracia (Gálatas 5:4) y fueron desobedientes a la verdad (Gálatas 5:7).

En relación a la importancia del estudio de Gálatas

Todo cristiano que se preocupa por la salud espiritual de su vida privada y la salud de su vida comunitaria debe estudiar esta carta profundamente. Así como nos preocupamos por los ingredientes descritos en el envase de algunos alimentos y tratamos de comprar sólo alimentos que nos harán bien para la salud, el estudio de Gálatas nos dará mayor atención a los aditivos y los ingredientes añadidos al evangelio que pueden dañar nuestra salud espiritual. Esta carta nos muestra cuales son estos aditivos artificiales y perjudiciales para el evangelio puro.

Al estudiar esta carta seremos guiados a los fundamentos de nuestra fe. Recordaremos o conoceremos qué es el evangelio puro y saludable. Vamos a ver cómo aplicarlo a nuestra vida cotidiana.

Pablo usó de métodos actuales para combatir contra los ataques de los herejes judaizantes. Él utilizó la historia de su conversión, utilizó la ilustración de la vida de Abraham e incluso utilizó un poco de humor sarcástico para mostrar a los Gálatas y a nosotros que no vale la pena dejar la verdad del evangelio y añadir algo que lo hace impuro e impropio.

A través del estudio de la carta a los Gálatas comprobaremos la importancia de la vida en el Espíritu. Vivir la vida cristiana es vivir una vida controlada y dirigida por el Espíritu Santo. Es vivir una vida en dependencia del Espíritu Santo, no sometiéndonos a la carne, es decir, a la vieja naturaleza, pero dejándola libre para que su fruto sea producido en nuestras vidas.

El estudio de Gálatas es actual e importante, especialmente teniendo en cuenta la tendencia de las iglesias al galatianismo, es decir, una tendencia a las prácticas judaizantes o a las prácticas de añadir elementos extraños al evangelio.

Conclusión

En muchos círculos, el mensaje puro de la gracia es ridiculizado y llamado: "doctrina peligrosa". Hay algunos que admiten que la Biblia enseña el Evangelio de la gracia, pero luego agregan que, a su juicio, esa es una doctrina "peligrosa" y "desastrosa" para ser "predicada y enseñada. Sin embargo, se olvidan de que no es el Evangelio de la gracia, sino más bien el "legalismo " y el "libertinaje" las doctrinas peligrosas y desastrosas.

El "legalismo" bajo cualquier forma que aparezca debe ser identificado como "galatianismo".

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