Muestra una perspectiva bíblica y relevante sobre diversos temas en la vida del cristiano, además de presentar mensajes que contienen puntos prácticos que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

Cristo hará todo, o no hará nada

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Existe un problema el cual debemos siempre tener presente, y es que los protestantes y el resto de las religiones no creemos las mismas cosas acerca de los aspectos más fundamentales del Evangelio Cristiano. Esto significa que no sólo somos otros cristianos de otra denominación. Cuando dos personas están en desacuerdo sobre temas tan fundamentales como la base e instrumento de salvación (es decir, que la sola justicia de Cristo es imputada a través de la sola fe, frente a, la justicia de Cristo impartida a través de la fe y nuestras obras) y si las buenas obras son parte de el fundamento de nuestra justificación o simplemente las evidencias - uno de ellos es un cristiano y el otro no lo es.

Vemos esto claramente demostrado por la forma en que el Apóstol Pablo habló acerca de los judaizantes. Los judaizantes profesando ser cristianos "enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos", Hechos 15:1. En otras palabras, se les enseña que la justicia de Cristo recibida por la sola fe no es suficiente para asegurar salvación. Para estar seguros, es necesario tener fe en Jesús; ellos no niegan que la fe en Cristo es necesaria para la salvación. Ellos solamente dicen que eso no era insuficiente; en su lugar, debe "completar" su justificación mediante la realización de ciertas buenas acciones. En otras palabras, los judaizantes trataron de añadir obras personales de justicia a los fundamentos de su justificación. Ellos eran la contraparte Católico Romana del primer siglo, que enseña que: "Si alguien dice que la [justificación] recibida no asegura y ... es aumentada delante de Dios a través de buenas obras, sino que esas obras simplemente son los frutos y las señales de la justificación obtenidos, pero no la causa del aumento, sea anatema"(Concilio de Trento, sesión 6, Canon 24). Para los judaizantes, esas obras eran la circuncisión y las otras ceremonias mosaicas. Para los católicos, esas obras son el bautismo, la participación en la Eucaristía y los demás sacramentos.

Separados de Cristo

Pero note cómo Pablo habla de estos maestros en el Nuevo Testamento. Él solo los cuenta como "hermanos separados" en Cristo. Las iglesias de Galacia no habían llegado a ser propagadores de esta doctrina,  sin embargo, Pablo les escribe luego de haber sido tentados a creer en ellas. E incluso entonces Pablo les escribe y dice: "Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros", Gálatas 4:11. Es decir, él teme que ellos pudieran nunca  haber sido verdaderamente salvos cf. 1 Juan 2:19.

Él les va a decir que si reciben el mensaje de la circuncisión, es decir, si permiten incluso que el más pequeño de los rituales religiosos se convierta en parte del fundamento de su confianza para la salvación: "de nada os aprovechará Cristo", Gálatas 5:2. Note, que él no dice, "Cristo será de algún beneficio para usted, pero no tanto que lo contrario. Podrán diferir un poco doctrinalmente, pero aun así podrán regocijarse en nuestra unidad". No. Pablo dice que todos aquellos que reciben la circuncisión como fundamento de su justificación están obligados a cumplir toda la ley, Gálatas 5:3. En otras palabras, si usted quiere que su justificación esté basada incluso en parte de las obras, usted está obligado a ser justificado bajo todo el ámbito de la ley cf. Santiago 2:10. Y en ese caso, ya que entonces estarían buscando ser justificados por la ley, sería correcto decir que usted está "separado de Cristo, caído de la gracia..." Gálatas 5:4. Usted sería uno de aquellos a quienes el apóstol Juan dijo que "Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros", 1 Juan 2:19.

Finalmente, Pablo habla acerca de aquellos que predican un falso Evangelio tal que destruye el alma. Su conclusión con respecto a tales maestros es: "llevará el juicio" Gálatas 5:10. Una vez más, esto no es meramente un hermano distanciado. Él no es una de las ovejas de Cristo, es uno de otro rebaño. Él llevará el juicio. Se enfrentará a la condenación del Dios Todopoderoso la cual ningún verdadero creyente hará frente, cf. Romanos 8:1.

Cuidado con los perros

Pasando de Galacia a Filipos, Pablo advierte con la mayor severidad a los filipenses que eran vulnerables a esta enseñanza. Él no les dice, "Mi Filipenses, hay que tener cuidado de nuestros queridos hermanos equivocados". No, él les dice: "Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo", Filipenses 3:2. Pablo no estaba precisamente en el negocio de ayudar en el avance del movimiento ecuménico.

Cuidado con los perros. Ellos son perros. Y los judíos odiaban especialmente los perros. Porque estaban dispuestos a comer cualquier cosa, incluyendo la basura e incluso su propio vómito; los perros eran considerados animales impuros cf. Mateo 7:6; Lucas 16:21; Apocalipsis 22:15. En sarcástica ironía, Pablo utiliza el mismo término que los judaizantes habrían utilizado para los cristianos que no se sometían a la ley mosaica; el más despectivo término que significaba maldad, inmundicia, e impureza, Pablo lo utiliza para ellos.

Ellos son los malos obreros. En muchos casos en el Nuevo Testamento, "obreros" hace referencia a servidores de Cristo que comparten el ministerio cristiano Romanos 16:3; Filipenses 4:3; Filemón 1:24. Y los judaizantes eran obreros también. Como los fariseos, recorrían mar y tierra para ganar un prosélito, Mateo 23:15. Pero cuando lo logran, lo hacen dos veces más hijo del infierno que ellos mismos, porque su doctrina de realización humana minaba el Evangelio de la obra suficiente de Cristo y de la libre gracia de Dios. Eran obreros, pero eran malos obreros. Tal vez incluso con buenas intenciones, al tratar de ayudar a la Iglesia, no hacen más que arruinar y destruir, porque alejan la atención de Cristo y la suficiencia de su redención llevada a cabo, y dan su gloria a una ley que nunca fue capaz de impartir vida al hombre y su propia dignidad y fuerza de voluntad, cf. Gálatas 3:21. Y así, todos sus trabajos son trabajos malignos.

Y esto se aplica, de la misma manera, para todas las otras religiones quienes te persuaden a confiar incluso en porciones de tus propios méritos para ser justificados ante Dios. No importa cuánto beneficio práctico pueda tener. Ellos podrán alimentar a los hambrientos, podrán proteger a las personas sin hogar, podrán cuidar a los huérfanos, podrán preservar el medio ambiente, y podrán dedicar toda su vida a hacer de este mundo un lugar mejor. Pero si confían en sus buenas obras para satisfacer la ira de Dios contra ellos, y si enseñan a otros a descansar sobre sus propios logros morales,  admitirlos en la presencia de un Dios santo, ellos son malos obreros. Debido a que ellos opacan los sentidos de los hombres de su necesidad de gracia divina, y los conducen a creer que pueden salvarse a sí mismos, cuando en realidad no pueden hacer tal cosa, ellos son obreros desaprobados.

No sólo son perros. No sólo son malos obreros. Con el sarcasmo más dentado, Pablo les llama "mutiladores". Esto no es más que un juego de palabras increíble. La palabra griega para "circuncisión" es peritome, y la palabra para "mutilación" es katatome (palabra usada aquí). En efecto, Pablo está diciendo: "Estos falsos maestros piensan que son del partido de la circuncisión. Pero debido a que socavan la gracia de Dios en el Evangelio al mezclar las obras humanas con la justicia de Cristo, su sacramentalismo no es más que katatome, el tipo de mutilación ritual pagano. Se hacen llamar la circuncisión, pero no son mejores que los paganos".

Debido a que los judaizantes confiaron en su circuncisión y añadieron las obras a la obra de Cristo en el Evangelio, aquello que habría sido la señal más segura que eran el pueblo de Dios se convirtió en el signo más seguro de que fueron separados de Él.

“¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; mas Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley, pues tropezaron en la piedra de tropiezo,
    como está escrito:
        He aquí pongo en Sion piedra de tropiezo y roca de caída;
        Y el que creyere en él, no será avergonzado.

Hermanos, ciertamente el anhelo de mi corazón, y mi oración a Dios por Israel, es para salvación. Porque yo les doy testimonio de que tienen celo de Dios, pero no conforme a ciencia. Porque ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia de Dios; porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”, Romanos 9:30-10:4.

"Ser más como Jesús"

Cuántos cristianos profesantes se darían  a la tarea de corregir el lenguaje de Pablo: "Pablo, ¡santo cielos! ¿Los llamaste perros? ¿Malos obreros? ¿Mutiladores? Pablo ¡Tómalo con calma! ¡Estas personas creen en la infalibilidad de las Escrituras! ¡Antiguo y Nuevo Testamento! ¡Ellos creen en Cristo, que Él era Dios y hombre, que era sin pecado, que murió por nuestros pecados y se levantó de la tumba, y que la salvación no se encuentra en ningún otro nombre! Ahora, seguramente ellos pueden tener algunos problemas doctrinales, pero, ¿cómo puede usted ser tan divisivo sobre un punto tan pequeño de la doctrina? !Pablo, tenemos que ser más como el Señor Jesús!".

De hecho, eso es exactamente lo que Pablo estaba haciendo. Estaba siguiendo los pasos de su Señor, quien llamó a los legalistas fariseos lobos rapaces Mateo 7:15, sepulcros blanqueado llenos de huesos de muertos y putrefactos, Mateo 23:27, ciegos guías de ciegos Mateo 15:14. El dulce, manso y humilde  Jesús, censuró a aquellos que ponían sobre los hombros de los hombres pesadas cargas y lo convertían en un hijo del infierno dos veces peor que ellos mismos, Mateo 23:15.

Cristo va a hacer todo, o no hará nada

¿Por qué nuestro Señor habló tan severamente? Porque el "evangelio de Cristo-plus plus", el evangelio de la fe en Cristo se había mezclado con el esfuerzo humano; y el mérito humano es una doctrina de demonios que destruye el alma, 1 Timoteo 4:1. Al igual que el desacuerdo entre Pablo y los judaizantes, el desacuerdo entre protestantes y las otras religiones no es un asunto doctrinal secundario; es la diferencia entre el cielo y el infierno. Estimados hermanos, lo nuestro es un Evangelio protestante guiado, guiado por el Espíritu Santo. Hablamos tan severamente debido a que es el mismo Evangelio lo que está en juego.

Esta es la diferencia entre una religión de méritos y una religión de gracia. Si Cristo ofrece sólo una parte de nuestra salvación, dejando  de proporcionarnos el resto, entonces todavía estamos sin esperanza y bajo la carga del pecado. No importa lo pequeño de la brecha que deba ser atravesada antes de la salvación, la conciencia vivificada ve claramente que nuestro miserable intento de piedad es insuficiente incluso para cerrar esa pequeña brecha. Tal intento de completar la obra de Cristo por medio de nuestros propios méritos, Pablo vio claramente, que era la esencia misma de la incredulidad. Cristo va a hacer todo o nada, y la única esperanza es sacar de nosotros mismos todo vestigio de falsa piedad y confiar en Él.

Cristo va a hacer todo, o no hará nada. ¿Por qué? Porque si la salvación es "por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra", Romanos 11:6. Introducir obras como cualquier parte de los fundamentos de nuestra justicia es corromper el Evangelio de la gracia, que es el único Evangelio que salva.

Me pregunto: ¿Podemos considerar estas cosas tan a la ligera cuando es tan evidente que el apóstol Pablo las tomó tan en serio? ¿Podemos desatender la diferencia entre (a) las buenas obras como la evidencia de la salvación y (b) las buenas obras como la base de la salvación, a una sutileza doctrinal pequeña entre las personas que son excesivamente académicos, cuando el Apóstol Pablo, bajo la inspiración del Espíritu Santo, podía censurar tan severamente?

Hermanos: palabras, ideas y doctrinas son la diferencia entre una eternidad en el cielo, con plenitud de gozo y delicias para siempre a la diestra de Dios, Salmo 16:11, y una eternidad en el infierno, lejos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, 2 Tesalonicenses 1: 9.

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Excelente, edificante, enriquecedor; gracias a Dios por tu vida y por las de mis hermanos en Cristo Jesús.
Que la gracia y la paz te acompañen siempre y que nuestro Dios, único y verdadero, te siga iluminando, llenándote de sabiduría y entendimiento de su palabra.

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