Muestra una perspectiva bíblica y relevante sobre diversos temas en la vida del cristiano, además de presentar mensajes que contienen puntos prácticos que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

El Espíritu de Transformación

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"Pues el Señor es el Espíritu, y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así que, todos nosotros, a quienes nos ha sido quitado el velo, podemos ver y reflejar la gloria del Señor. El Señor, quien es el Espíritu, nos hace más y más parecidos a él a medida que somos transformados a su gloriosa imagen." (2 Corintios 3:17-18 NTV).

La obra transformadora del Espíritu Santo es una parte central de la santificación del creyente.

El cuento para niños, El patito feo, puede servirnos de analogía  para ilustrar la maravillosa obra transformadora del Espíritu Santo en los creyentes. El cuento relata la historia de un pato feo joven que no puede encajar con cualquiera de los otros animales. No es hasta que se encuentra con los hermosos cisnes que su vida comienza a cambiar. Los cisnes son una atracción irresistible para el patito, algo que no puede olvidar mientras que pasa el invierno. Finalmente hace asomo la primavera, que a pesar de sus sentimientos de inferioridad, se percata que no es un pato sino un cisne, al igual que aquellas criaturas que ha admirado.

Con el mismo asombro los días que siguen inmediatamente a nuestra conversión a Cristo son a menudo similares a las experiencias finales del patito feo. Tenemos un gran sentido de la indignidad pecaminosa y, sin embargo, una poderosa atracción hacia Jesucristo. Nosotros respondemos de esa manera, porque ahora conocemos esa naturaleza que Él representa para los que hemos nacido de nuevo. Y pronto nos damos cuenta de que es un proceso humillante y emocionante ser transformados a la imagen de Cristo.

Este texto de la Escritura nos brinda una excelente descripción breve de la obra transformadora del Espíritu. No veremos la gloria del Señor perfectamente de inmediato, pero comenzamos a verla con mayor claridad una vez que conocemos a Jesucristo por la fe.

Pablo se refiere aquí a nuestra santificación básica, que es un proceso progresivo por el cual el Espíritu nos cambia de un nivel de semejanza a Cristo hacia otro. El resultado final será nuestra posición glorificada en el cielo, que es la meta del Espíritu Santo para nosotros y la razón de nuestra esperanza. El Espíritu nos revela lo que seremos en Cristo: "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es." (1 Juan 3:2 RVR1960).

Se que no es nada fácil, pues los afanes de la vida distraen nuestro objetivo como cristianos; pero pidamos ayuda y fortaleza a nuestro Dios, con súplicas y ruegos, para que podamos enfocarnos  más en Cristo y menos en nosotros mismos, mientras el Espíritu transforma nuestras vidas.

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