“Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.” Mateo 10:22.
¿Ha leído alguna vez el Salón de la Fama de Dios en Hebreos capítulo 11? Estos hombres y mujeres de fe hicieron cosas milagrosas. Conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros, fueron atormentados, otros experimentaron vituperios y azotes, prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá, pobres, angustiados, maltratados; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.
¿Y cómo lo hicieron? Mediante la fe.
De los cuales el mundo no era digno; y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido;
Algunos tuvieron fe para escapar; otros tuvieron fe para soportar. Si es la voluntad de Dios, la fe para soportar puede ser la clase de fe que Dios quiere que tengas. ¿Será Dios competente, si Él te permite caminar a través del horno ardiente?
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