Muestra una perspectiva bíblica y relevante sobre diversos temas en la vida del cristiano, además de presentar mensajes que contienen puntos prácticos que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

El Espíritu Santo Prometido

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"Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Abogado Defensor (Consolador), quien estará con ustedes para siempre. Me refiero al Espíritu Santo, quien guía a toda la verdad. El mundo no puede recibirlo porque no lo busca ni lo reconoce; pero ustedes sí lo conocen, porque ahora él vive con ustedes y después estará en ustedes". (Juan 14:16-17 NTV).

Jesús ministró por el poder del Espíritu Santo, y Él ha prometido el mismo Espíritu a todos los creyentes.

Las economías fluctuantes de los países y el  cambiante lugar de trabajo, han dejado a muchos trabajadores con la sensación de que probablemente tendrán que cambiar de trabajo varias veces durante sus carreras.

A pesar de que las economías pueden entrar en nuevas fases y dejar a la gente con incertidumbre, las promesas de Dios siguen siendo completamente confiables. Su promesa, hecha a través de Su Hijo, nuestro Señor y Salvador de enviar al Espíritu Santo es una de esas promesas. Esta promesa bíblica, muy importante, fue dada por Jesús a los discípulos primeramente en el entorno del texto arriba mencionado,  durante la primera parte de su discurso del Cenáculo. Sus palabras, que venían en vísperas de su muerte, dieron mucha consolación a los discípulos; ahora bien, la promesa también es parte del rico legado de Cristo para los cristianos de hoy día.

Esta promesa consiste en cuatro elementos. Primero, Jesús promete un Consolador sobrenatural. Él lo llamó "otro" Consolador, que significa "otro idéntico". Él nos está enviando exactamente la clase de Consolador que Él era, excepto que el Espíritu viviría en nosotros (Juan 14:17).

Segundo, la promesa significa vida sobrenatural para nosotros. Cuando somos salvos y tenemos el Espíritu Santo, nos volvemos sensibles a la labor de Cristo en el mundo, y comenzamos a ver las cosas desde una perspectiva divina (Juan 14:19).

Tercero, el Espíritu viene como un Maestro sobrenatural (Juan 14:26). Este es uno de los aspectos más vitales del ministerio del Espíritu porque nos recuerda nuestra completa dependencia de Cristo.

Finalmente, la promesa de Cristo del Espíritu Santo trae una paz sobrenatural (Juan 14:27). Esta es una paz que agresiva y positivamente trata con nuestros problemas diarios y los convierte en gozo (Filipenses 4:7).

Si conoce y ama al Señor Jesús y le está obedeciendo, la promesa del Espíritu, con todas sus implicaciones, está disponible para que usted la pueda aplicar y disfrutar. (Juan 14:21; 15:5). Agradezca a Dios por la promesa dada del Espíritu Santo, y ore para que pueda entender cabalmente todos los aspectos de esa promesa.

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