Muestra una perspectiva bíblica y relevante sobre diversos temas en la vida del cristiano, además de presentar mensajes que contienen puntos prácticos que se pueden aplicar en la vida cotidiana.

Descansando en la Soberanía de Dios

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"!!Oh, cuánto amo yo tu ley! Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De todo mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra". (Salmos 119:97-101).

Dios está íntimamente involucrado en el curso de la historia humana y está dirigiendo su curso hacia un clímax predeterminado específico. Durante siglos los hombres de diversas escuelas filosóficas han debatido sobre la causa, rumbo, y el clímax de la historia humana. Algunos niegan a Dios y por lo tanto, niegan cualquier participación divina en la historia. Otros creen que Dios puso todo en movimiento, y luego se retiró para dejarlo progresar por su cuenta. Sin embargo otros creemos que Dios está íntimamente involucrado en el curso de la historia humana y está dirigiendo su curso hacia un clímax predeterminado específico.

En Efesios 1:9-10 Pablo asienta este debate al recordarnos que Jesús mismo es la objetivo de la historia humana. En Él todas las cosas se resumen, toda la historia humana será resuelta y unida al Padre a través de la obra del Hijo.

Como dijo Pablo en otro lugar: "por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz" (Colosenses 1:19-20). La culminación de la obra reconciliadora de Cristo vendrá en su reino milenario (Apocalipsis 20). Después de eso, Él dará paso en al estado eterno con un cielo y la tierra nueva (Apocalipsis 21).

A pesar de la incertidumbre política y el descontento militar en el mundo de hoy, estemos seguros de que Dios está en control. Él gobierna el mundo (Isaías 40:22-24), las naciones (Isaías 40:15-17), como a individuos (Proverbios 16:9). El tiempo de Dios es justo a tiempo. Nada le toma por sorpresa y nada frustra sus propósitos. En última instancia Él vencerá el mal y arreglará todo en Cristo.

Gracias a Dios por la sabiduría e inteligencia que Él nos da para ver más allá de las circunstancias temporales y Sus propósitos eternos. Viva hoy con esa perspectiva en mente.

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